Alimentación del último mes de embarazo

Durante el último mes de embarazo es muy común que una se sienta cansada y con ciertas molestias, pero esta situación no puede servir de excusa para hacer a un lado la dieta.
En esas cuatro semanas, que restan para dar a luz, será cuando el bebé crecerá más. Razón por la cual, es indispensable que el pequeño reciba todos los nutrientes necesarios.
Debido a que sus órganos, particularmente sus pulmones y cerebro, todavía siguen desarrollándose, es necesario ingerir proteínas y Omega 3 que están presentes por ejemplo en el pescado, pues colaboran con la plasticidad cerebral.
Por otro lado, durante y después del parto, la madre experimentará un marcado desgaste físico. Para ello, precisa consumir alimentos ricos en hierro y proteínas, que intervienen en la producción de hematíes; y grasas e hidratos de carbono, para afrontar el gasto de calorías que implica un trabajo de parto.
No se trata de comer más sino mejor. Cada tanto no viene mal un antojo, pero no hay que abusar de ellos si no se desea engordar desmedidamente. Diversos estudios probaron que en el último mes de gestación es cuando la embarazada sube más kilos, por eso si se gana más peso del sugerido estará expuesta a tener problemas de tensión arterial alta, a presentar diabetes o a tener bebés muy grandes, que en ocasiones pueden complicar el parto.
En contrapartida, si no se gana el peso necesario, resulta fundamental comenzar a comer mejor, no sólo para asegurarse de llegar bien a la fecha de parto sino para contar con la energía suficiente para afrontar la lactancia.
Naturalmente, el metabolismo de las embarazadas se adapta a las nuevas necesidades que supone la gestación, por lo que se aprovecha mejor la energía que aportan los alimentos para proporcionarle la glucosa necesaria al feto. Al tiempo que reduce la motilidad intestinal para una mejor absorción de los nutrientes.