La leche materna: el mejor refuerzo para nuestro bebé

A pesar de que muchas madres no quieran dar el pecho a sus bebes, la gran mayoría sabe que se trata de la mejor forma de prevenirlos contra gran parte de organismos externos que amenacen su salud durante los primeros meses de vida. Y es que, la leche materna es rica en vitaminas esenciales.

Hablamos de vitaminas como la A, B12, C y E, además de llevar consigo sustancias únicas como la proteína leptina, encargada de regular al organismo. De esta forma podemos darle un buen soporte inmunológico, aportarle los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo y prevenir a nuestro pequeño contra enfermedades alérgicas, además de reducir predisposición a la obesidad.

bebe lactante
© Angel Simon – Fotolia.com

Desarrollo saludable desde los comienzos

Se trata, por tanto, de una forma de aportar a nuestro bebé aquellas sustancias que su cuerpo está demandando, de la forma más natural posible. Aunque en ocasiones será necesario complementarlo con algunos aportes adicionales, sobre todo en los casos en los que la madre no produzca suficiente leche o tenga dificultades para que su pequeño se le enganche al pecho.

Además de todo esto, muchos estudios médicos de diferentes universidades, aseguran que la lactancia materna favorece la comunicación psicoafectiva con el bebé, de esta forma estamos contribuyendo desde esos primeros días de vida a su desarrollo intelectual y emocional futuro, tan necesarios.

Sin lugar a dudas, se trata de una experiencia única para la madre, pero que, como vemos, repercute de forma directa en la salud y el bienestar del nuevo miembro de la familia. Una forma de alimentarle que recomiendan debe darse los primeros seis meses de vida, para después complementarse con otro tipo de alimentos hasta los dos años de edad.

Proteínas, vitaminas y grasas, en la medida justa

Eso es precisamente la leche materna, una mezcla exacta y precisa de proteínas, vitaminas y grasas. Unas medidas que irán cambiando conforme crezca el bebé, por lo que sirve para complementar su desarrollo en esas etapas primeras de su llegada al mundo.

A lo que debemos sumar los anticuerpos que servirán para prevenir diferentes tipos de virus y bacterias que puedan atacar a tu pequeño, de hecho, se trata de una forma natural de prevención contra los peligros que puedan llegarle por el medio ambiente.