Los abortos espontáneos pueden ser un indicador de una mala salud cardiovascular

Según un estudio llevado a cabo por científicos alemanes, el haber sufrido varios abortos espontáneos indica una mala salud cardiovascular. Tanto es así, que estas mujeres poseen cinco veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio, a diferencia de aquellas que no han tenido ninguna dificultad en sus embarazos.
Además, haber dado a luz a un bebé sin vida también se asocia, aunque en menor medida, con mayores posibilidades de infarto.
Para los científicos alemanes, ambos problemas son indicadores de infarto de miocardio, de modo que tendrían que ser considerados como indicadores significativos para desplegar las medidas preventivas.
No obstante, no se pudo determinar la causalidad específica, aunque sí comprobaron que ambas situaciones,  más de tres abortos espontáneos e infartos de miocardio, poseen los mismos factores de riesgo.
De todos modos, es necesario continuar investigando las causas subyacentes para poder explicar esta causalidad.

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El tabaco aumenta el riesgo de tener un aborto espontáneo

Es sabido que el tabaco influye en la salud en general, lo cual se agrava en el caso de la fertilidad, pues influye negativamente en esta, y la maternidad, afectando la salud de la madre y el bebé.
Según un estudio realizado hace un tiempo por la Universidad de Osaka, en Japón, el tabaco se relaciona con una mayor tasa de abortos espontáneos.
Así, es posible afirmar que las grandes fumadoras poseen el doble de posibilidades de sufrir un aborto espontáneo durante el primer trimestre de gestación, en comparación con aquellas que no fuman.
Además, la adicción al tabaco aumenta el riesgo de que el bebé nazca muerto, así como de tener un parto prematuro o un bebé con bajo peso al nacer.
Las mujeres que participaron del estudio y que habían fumado al menos unos 20 cigarrillos por día durante la gestación, fueron dos veces más propensas a perder el embarazo que las no fumadoras.
De acuerdo a lo revelado en estudios previos, se calcula que hasta el 8 por ciento de los embarazos se pierde entre la sexta y la octava semana siguiente al último período menstrual. A las 10 semanas, esa tasa disminuye al 2 por ciento.
La mayor parte de esos abortos espontáneos ocurren durante el primer trimestre y, según los expertos, la mayoría de ellos se produce por anormalidades genéticas que no pueden ser prevenidas.
Aparte del tabaco,  existen algunos hábitos que pueden incrementar relativamente ese riesgo, como es el caso del exceso en el consumo de alcohol y el uso de drogas.

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