La forma de alimentar a un bebé afectaría su coeficiente intelectual a largo plazo

Según un nuevo estudio, publicado en The Europeal Journal of Public Health, la manera de alimentar a un bebé influye a futuro en el coeficiente intelectual que puede llegar a desarrollar. De este modo, los resultados de la investigación indicarían que los bebés que comen a horarios fijos luego son menos listos que aquellos que son alimentados cuando tienen hambre.
A través de dicho estudio, que fue realizado por investigadores del Instituto de Investigación Social y Económica en el Reino Unido, se pudo determinar que los niños que habían sido alimentados respetando un horario diario cuando eran bebés tenían un menor coeficiente intelectual, en comparación con aquellos que eran alimentados cuando manifestaban tener apetito.
Para arribar a esta conclusión, se tomaron en cuenta los resultados de diferentes pruebas de coeficiente intelectual así como de rendimiento escolar, las cuales fueron realizadas a un grupo compuesto por algo más de diez mil niños con edades que oscilaban entre los 5 y los 14 años.
Si bien, hasta ahora, éste el único estudio que analiza las posibles consecuencias a futuro del tipo de alimentación que reciben los niños, los especialistas que realizaron el estudio aconsejan tomar los resultados del mismo con cautela, pues cabe la posibilidad de que las diferencias se puedan deber, no al hecho en sí de haberse alimentado respetando una programación fija, sino al tipo de madre que se ajustó a ella.
Según parece, generalmente quienes eligen alimentar a los niños a horarios determinados son las madres más jóvenes, en su mayoría mujeres solteras, que debían trabajar y que no leían libros a sus hijos cuando eran pequeños.

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