Efectos del estrés en los niños

El estrés no sólo es un problema que afecta a los adultos sino que incluso los niños pueden padecer esta enfermedad anímica, la cual puede afectar el normal desarrollo de los mismos.
En tal sentido, el estrés puede afectar negativamente el desarrollo saludable de los niños producto de la activación en exceso o muy prolongada de los sistemas de respuesta al estrés en la totalidad de su organismo, ocasionando inmediatamente problemas e incluso a largo plazo, pues sus efectos se pueden evidenciar en la adultez debido a que se tornan más propensos a padecer cáncer, depresión crónica o asma.
Esta información fue dada a conocer por el estudio realizado por la Academia Estadunidense de Pediatría, según el cual se ha comprobado que hay una respuesta tóxica en el cuerpo de los pequeños causada por el estrés, viéndose perjudicados su conducta, sus habilidades de aprendizaje y salud en general.
Los niños sanos aprenden naturalmente a lidiar con los niveles de estrés, pero en numerosos casos el problema puede tornarse grave, constituyendo una amenaza para el cuerpo de esos pequeños, el cual responde al estrés incrementando las hormonas de la presión arterial, el cortisol y la frecuencia cardíaca, generando un desgaste en su organismo.
Por lo general, un niño puede superar la crisis rápida y efectivamente cuando se produce la activación de los conos de respuesta, pero en algunos casos esa respuesta puede ser excesiva y extenderse por más tiempo, algo que puede dejarle marcas para toda su vida.
De acuerdo a lo que indican los expertos, hay un estrés positivo, que es completamente normal y previsible en la vida de todo niño, el cual produce el aumento de la frecuencia cardíaca. Aunque además existe un estrés negativo, que se presenta cuando el niño debe afrontar solo una situación adversa, sin contar con el respaldo de las personas adultas.

Imagen:

http://img.bebesymas.com/2010/04/el-cerebro-del-bebe-estres3.jpg

Cómo afrontar la Navidad sin estrés

col.lectiva:és un desig

¿Cómo afrontar la Navidad sin estrés? ¿Cómo disfrutar de unos días en paz y tranquilidad?  La Navidad es una época del año de cambios, la rutina se altera, y además, las personas tienen que convivir con más gente en casa. Estos cambios también pueden alterar a una mujer embarazada, especialmente, si está en la recta final de su proceso de gestación. Para evitar este estrés extra te damos algunos sencillos consejos prácticos:

1. En primer lugar, piensa en ti como una prioridad. No es un acto de egoísmo de salud, por tanto, no fuerces tu organismo. Es decir, entiende que la vida social también termina cansando, por ello, respeta tu ritmo, escucha tu cuerpo y descansa todo lo que necesites.

2. Intenta sentarte en la mesa junto a familiares con los que de verdad tienes una buena relación y un nexo de unión muy fuerte. En general, es agradable estar cerca de personas que tienen sentido del humor que ayudan a relativizar los conflictos de pareja.

3. Evita saturar tu agenda en estas fechas. No dudes en posponer algunos planes para la llegada del mes de enero cuando cada uno se incorpore a su vida normal. Si dejas todos los planes para la Navidad, entonces, puede suceder que luego te sientas aburrida al no tener tanta vida social.

4. Ten una actitud positiva, es decir, intenta disfrutar del momento presente poniendo tu atención y tu concentración en los pequeños detalles.

5. Apóyate en tu pareja, comparte tus emociones y tus sentimientos.

6. Déjate cuidar y mimar por tu madre ya que lo hará mejor que nadie.

7. Evita ir a comprar a las zonas comerciales que en Navidad están llenas de gente. Apuesta por pasear por rincones más tranquilos y más calmados.

8. Piensa en positivo como una norma para ser feliz. Por tanto, escribe un diario navideño que luego puedes conservar el resto del año como un recuerdo de una época especialmente gratificante para ti.

Feliz Nochebuena y Feliz Navidad a todas aquellas mujeres embarazadas que están a la espera de dar a luz.

Cómo evitar el estrés durante el embarazo

Si existe un enemigo de toda embarazada ése es el estrés. Por eso, es importante mantenerse tranquila tanto en la gestación como en el momento del parto, acompañado de un buen descanso y una dieta equilibrada durante todo el proceso.

Una mujer embaraza con estrés puede sufrir todo tipo de complicaciones, como por ejemplo enfermedades como la diabetes, o la depresión pre-natal y post-natal. Asimismo, existe un mayor riesgo de tener un parto prematuro, que el niño nazca con bajo peso u otras complicaciones que puedan afectar su desarrollo.

Según los especialistas, si el estrés no es controlado puede tener efectos sobre la salud tanto física como mental del bebé y la madre. En caso que tales efectos se prolonguen, debido a estar pasando por un momento traumático, problemas en el trabajo o a nivel familiar, seguramente será necesario buscar ayuda profesional.

El estrés puede generar ansiedad en la madre, perjudicando su apetito o descanso. En estos casos, es común sufrir de insomnio, dolores de espalda o intensas jaquecas, lo cual aumenta las posibilidades de enfermarse.

A las futuras mamás que están bajo los efectos del estrés, se les recomienda escuchar música para relajarse o tomar un baño relajante, cuidando que el agua no esté muy caliente. Los masajes o ejercicios de relajación, constituyen otra buena alternativa durante el embarazo.

Es importante que las mujeres durante su embarazo hagan cosas que les permitan sentirse bien, como ver una película, leer o simplemente dar paseos, lo cual resultará muy beneficiosa tanto para ellas como para el bebé.

Imagen:

http://psyciencia.com/wp-content/uploads/2012/09/aaa.jpg

Un bebé de bajo peso puede generar estrés a la madre

Ser madre puede resultar bastante estresante, en especial para las primerizas y para las mamás de bebés con necesidades especiales. En relación a esto, Investigadores de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, pudieron comprobar que tener un bebé con bajo peso al nacer puede llegar a perjudicar la salud de la madre a los cinco años.
Para el estudio fueron entrevistadas unas 600 madres, la mitad con bebés con bajo peso al nacer y la otra mitad con bebés que nacieron con un peso normal. De la investigación, se desprende que las madres de bebés con bajo peso tenían un nivel de estrés mayor en comparación a las segundas, sobre todo cuando el pequeño había pasado en la incubadora un largo tiempo. Al mismo tiempo, se detectaron mayores problemas de salud mental en aquellas mamás cuyos bebés de bajo peso tenían problemas de conducta a los dos años.
Según la Dra. Whitney Witt, de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la universidad de Wisconsin, quien encabezó el estudio, se logró comprobar que cuidar de un bebé con bajo peso al nacer puede acarrear a futuro efectos negativos para la salud de la madre. Por lo que  tanto las madres de estos bebés como sus familias necesitan ayuda y contención a medida que el niño vaya creciendo.
De manera que si te sientes muy estresada, más allá de que tengas un bebé con algún problema de salud o no, es necesario que consultes con el médico para buscar la manera de sobrellevar la situación de la mejor forma posible.

Imagen:

http://www.guadalajaradosmil.es/fotos/443/Primer_bebe_02.jpg

Factores que condicionan la fertilidad de la mujer

Al momento de conseguir un embarazo, muchas cosas entran en juego. Llevar una vida saludable, así como mantener una dieta equilibrada y evitar el estrés son algunas de ellas, que resultan claves para incrementar las posibilidades de lograr un embarazo.
La edad es uno de los factores más importantes que condicionan a las mujeres a la hora de tener hijos. A pesar de que el hombre es fértil hasta una edad avanzada, en la mujer es bien diferente, ya que a partir de los 35 años empiezan a surgir las dificultades para concebir. Aunque los avances de la ciencia han posibilitado que el umbral de edad en las mujeres para lograr un embarazo sea mayor. Si bien en la mayoría de los casos las dificultades se deben a problemas médicos, el estilo de vida es otro elemento que puede complicar conseguir con éxito la gestación. Cuestiones como la obesidad, el tabaco, el alcohol y una mala alimentación pueden generar efectos adversos en la fertilidad de cualquier mujer.
En el caso de la obesidad, ésta causa inconvenientes al momento de  la gestación, incluso mediante tratamientos de reproducción asistida. Por ello, hay que controlar el peso ya que una mujer que intenta aumentar su fertilidad necesita comer bien y mantener un peso saludable. De manera que si se padece obesidad, lo más conveniente es perder peso, mejorando así la calidad de los óvulos.
En el caso de las adeptas al deporte, si bien es cierto que resulta beneficioso para la salud y la calidad de vida, a la vez que ayuda a prevenir diversas enfermedades, lo mejor es bajar el ritmo y la intensidad del ejercicio, realizando deportes livianos como por ejemplo natación.
Para aquellas que toman fármacos, lo más indicado es consultar con el médico previo a intentar quedar embarazada, puesto que ciertos medicamentos afectan a la fertilidad e, incluso, hay algunos que pueden provocar defectos en el feto y hasta abortos.
Otro punto a tener en cuenta es evitar el contacto con ciertas sustancias como es el caso de los fertilizantes inorgánicos (nitratos, fosfatos), pesticidas y detergentes. 
Por su parte, el estrés también es un gran condicionante a la hora de buscar quedarse embarazada, debido a que puede reducir el nivel de gonadotropinas e incrementar los niveles de prolactina, lo que puede devenir en ausencia de ovulación. Hay que tener en cuenta que en aquellas mujeres que sufren un alto nivel de ansiedad y estrés las tasas de embarazo disminuyen considerablemente, aumentando a su vez las posibilidades de sufrir un aborto.
El apoyo psicológico es de suma importancia para poder afrontar la infertilidad. Está comprobado que la ayuda psicológica en tratamientos de reproducción asistida reduce la ansiedad y la depresión en pacientes infértiles, al tiempo que puede mejorar la tasa de embarazo.
Teniendo en cuenta todo esto, si al cabo de un año no se consigue quedarse embarazada, se debe acudir a un especialista para detectar la causa.

Imagen:

http://pequelia.es

Dormir con los padres hasta los 3 años sería beneficioso para los niños

Según el médico pediatra sudafricano Nils Bergman, de la Universidad de Cape Town, los niños deberían dormir con sus madres hasta llegar a los 3 años de edad. Esta afirmación, que ha suscitado ciertas controversias, expresa que los bebés duermen mejor cerca del pecho de su mamá que cuando están solos en sus cunas, evitando de ese modo situaciones de estrés o de desapego y angustia.
Desde siempre ha habido opiniones encontradas acerca del  modo en que debe dormir el bebé, ya sea en lo relacionado a su posición, el lugar, las horas, o si deben o no compartir la habitación o incluso la cama con sus padres.
Si bien la mayoría de los pediatras, coinciden en que la forma más segura para el descanso del pequeño es en su cuna, ubicado boca arriba, sin mantas ni almohada, Bergman echa por tierra tales afirmaciones e introduce un nuevo concepto, a través del cual  rescata el descanso de los más pequeños junto a la madre, aseverando que si los bebés duermen con su mamá hasta al menos alcanzar los tres años de vida, resultará beneficioso tanto en salud como en buena conducta .
De acuerdo a las apreciaciones del pediatra, los niños que duermen solos tienen más posibilidades de sufrir a futuro problemas de mala conducta así como un mal desarrollo cerebral. En base a esto, recomienda que los pequeños duerman junto al pecho de su mamá durante sus primeras semanas de vida y que luego compartan la cama con los padres hasta los 3 años.
Según el médico sudafricano, el corazón de los niños que duermen solos padece el triple de estrés y de desgaste si se lo compara con el de los niños que duermen con sus madres. Al mismo tiempo, asegura que la separación al dormir afecta de forma notoria el desarrollo emocional del niño, lo que puede desencadenar en problemas de conducta, emocionales, sociales y de promiscuidad.

Imagen:

www.entrepadres.com

Embarazo y estrés

Embarazo y estrés

El estrés en rasgo generales casi siempre se asocia con una persona hiperactiva, que se preocupa por demás y durante el embarazo, esto puede interferir el desarrollo armonioso que el bebé necesita para su crecimiento, por eso es muy importante tener presente que la futura mamá debe tratar de no tener preocupaciones, evitar el exceso de responsabilidades laborales, las peleas y discusiones con su pareja para no verse afectada.

El estrés en la mayoría de las veces sobre todo durante el embarazo, proviene de situaciones cotidianas, como preocupaciones extremas, el no poder llevar la situación del embarazo y sentirse incomprendida por los hijos mayores, la pareja o la familia, o el atravesar momentos críticos ya sean laborales, personales o que se viven a diario.

Las mujeres muchas veces no pueden manejar el exceso de preocupación y éstos influyen silenciosos pero negativamente en sus embarazos, hay personas que siempre están programadas negativamente, se preparan para cualquier desastre y viven sus vidas en torno a la fatalidad. Esto puede afectar generando en el organismo grandes picos de estrés.

En el caso de la familia, cuando una futura mamá está embarazada, es normal que sus hijos mayores o que todo el entorno no sepa cómo comportarse y no entienda que la futura mamá a veces no alcanza a cumplir con todas aquellas cosas a los que los tiene acostumbrados, de allí se generan un sinfín de sentimientos encontrados, reproches, y esto también puede causar estrés.

Por eso se recomienda que una mujer embarazada cuando el estrés la invade, sepa distinguirlo, y canalizar todas esas energías negativas para transformarlas en positivas y así evitar complicaciones. El relax, los masajes y la actividad física son de gran ayuda para los momentos de estrés.