Oligohidramnios en el embarazo

Normalmente, la cantidad de líquido amniótico va aumentando hasta el inicio del tercer trimestre del embarazo, llegando a su punto máximo etre las 34 y 36 semanas, que suele ser de alrededor de un litro. A partir de entonces y hasta el momento del parto, comienza a disminuir gradualmente.
La presencia de poco líquido amniótico es un problema que se denomina oligohidramnios. Por el contrario, cuando se tiene demasiada cantidad se llama hidramnios o polihidramnios. En tal sentido, cerca del 4 por ciento de las embarazas poseen niveles bajos de líquido amniótico en alguna etapa de la gestación, generalmente durante el tercer trimestre.
La pérdida de líquido, el tamaño del útero menor a lo normal para el momento del embarazo que se esté transitando o la disminución de los movimientos fetales, son sólo algunos de los indicios que pueden llevar al médico a pensar que la mujer posee poco líquido amniótico. Además, el profesional realizará un mayor seguimiento en aquellas embarazadas que hayan tenido ya un bebé con bajo crecimiento, padezcan de hipertensión arterial crónica, lupus, preeclampsia o diabetes, e incluso cuando se ha sobrepasado la fecha de parto.
No siempre es posible saber que es lo que está causando la existencia de un nivel bajo de líquido amniótico. Lo cierto es que cuanto más tarde surja esta complicación, menos consecuencias tendrá para el bebé.
Entre las causas más comunes de oligohidramnios se encuentran la rotura de membranas, que incrementa el riesgo de infección por el ingreso de bacterias al saco amniótico, problemas de placenta, como puede ser el desprendimiento parcial de la misma, ciertas afecciones, como preeclampsia, hipertensión, lupues o diabetes. A ellas se le agregan los embarazos múltiples y las anomalías congénitas del feto.

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