Hipertensión en el embarazo

Seguro que alguna vez te has preguntado porqué razón te miden la tensión arterial en casa control médico durante el embarazo. El motivo reside en que de ese modo es posible diagnosticar la hipertensión, una complicación habitual entre las futuras madres, pues si no es detectada a tiempo tanto la madre como el feto pueden sufrir serias consecuencias.

La tensión arterial puede definirse como la presión que ejerce la sangre en las arterias y los vasos sanguíneos, en especial los que transportan el oxígeno y los nutrientes que alimentan al bebé por nacer. De esta manera, cuando esa sangre circula muy fuerte se denomina hipertensión, e hipotensión cuando lo hace demasiado lento.

La presión arterial va variando a medida que avanza el embarazo. Durante las primeras semanas, es muy similar a la de cualquier mujer, pero a la mitad de la gestación desciende un poco, retornando comúnmente a la normalidad a partir de la semana 36. Se habla de hipertensión cuando sube por encima de 14/9. De todos modos, se desconoce a ciencia cierta por cuál motivo la hipertensión se presenta en unas embarazadas y en otras no, aunque parecería que cuando se forma la placenta, el organismo de la madre responde como si la rechazara. Esto ocasiona alteraciones en el desarrollo de la misma que, al liberar ciertas sustancias, generan daños en los vasos sanguíneos de la madre, haciendo que la sangre no circule a la presión que se debe, reduciéndose el volumen que llega al útero, lo cual puede influir en la alimentación del feto.

Los grupos considerados de riesgo son, además, las mujeres que padecen obesidad, las que tienen más de 40 años, aquellas que presentan embarazos múltiples, diabéticas o fumadoras.

Cuando se da un cuadro de hipertensión, esto puede hacer que surja la posibilidad de que tener que realizar una cesárea o que el bebé nazca con bajo peso o prematuro. Pero si la hipertensión es controlada debidamente, el embarazo seguirá su curso normal.

Entre los principales síntomas se hallan: visión borrosa, dolor abdominal y cefalea. Aunque en ocasiones tales síntomas se suelen confundir con los síntomas típicos del embarazo. De ahí la importancia de consultar con el médico para medir la presión arterial y actuar en consecuencia.

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Depresión prenatal

Por desgracia, la depresión durante el embarazo es más común de lo que se cree, pues muchas mujeres padecen este problema durante la gestación, y es frecuente que se extienda también tras el parto, siendo muy perjudicial para la madre y el bebé.

Son múltiples los peligros de la depresión en el embarazo, pues la angustia es un sentimiento constante en las mujeres que padecen este problema y es usual que posean pensamientos suicidas, tal como lo ha revelado un estudio efectuado en el Reino Unido. Los resultados de este sondeo conforman un alerta a nivel mundial.

La investigación, que estuvo a cargo del Colegio Real de Parteras y la página web Netmums, fue realizada en base a los casos de 260 mujeres que padecieron depresión prenatal. De este modo, se logró descubrir que la enfermedad mental puede dejar secuelas mucho más serias que las de la depresión postnatal.

Cabe destacar que la depresión prenatal, la cual afecta a aproximadamente el 10% de las embarazadas, no es tan conocida como la depresión postnatal, que se presenta luego del parto. El sondeo arrojó que el 35% de las mujeres que sufrieron depresión en el embarazo afirmaron haber tenido con frecuencia pensamientos suicidas. En el informe se señala a mujeres como las que más riesgo corren de desarrollar a posteriori problemas de salud mental serios, pues en la mayoría de los casos el cuadro se agrava por falta de control. De hecho, de las mujeres encuestadas tan solo el 22% reveló haber realizado una consulta médica por este problema o que buscó un tratamiento para dicha enfermedad.

El problema se suscita cuando las embarazadas, en vez de estar felices y plenas con la llegada de su hijo, empiezan a sentirse tristes y deprimidas. Los pensamientos negativos más comunes que suelen experimentar son confusión, cualpabilidad, angustia y tristeza, dado que se sienten descontentas por no tener una expectativa sana ante la espera de sus bebés.

Por otro lado, el 80%  de las mujeres encuestadas afirmó haber tenido depresión postnatal después de haber padecido depresión en la gestación. Además, el 56%  tuvo  el problema en su primer embarazo, mientras que el 66%  lo padeció en su segundo embarazo. Al mismo tiempo, la mitad de las mujeres reconocieron que la enfermedad influyó de manera indefinida en el vínculo con sus bebés. Incluso, y el 38% manifestó que tras el nacimiento tuvieron problemas para establecer un vínculo emocional con sus hijos.

La importancia de este estudio reside en que cuanto antes se diagnostique y trate este problema, mejor podrán prevenirse los problemas de salud mental más graves.

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Síndrome del nido

¿Alguna vez has oído hablar del síndrome del nido? Pues, bien, se trata de un llamativo estado de fuerza y euforia que suelen experimentar algunas embarazadas durante las últimas semanas de gestación, justamente cuando la mayoría se sienten sumamente cansadas. Dicho estado, posee causas físicas y emocionales.

Con respecto al nivel físico, el síndrome del nido puede ser explicado como una reacción espontánea que pone a prueba el cuerpo de la mujer para que esté en forma y bien preparado para el momento del parto.

Desde lo emocional, esta llamativa actividad no es más que un modo de evasión que emplea la embarazada ante el temor que le genera la aproximación al parto. Al mismo tiempo, constituye una evidente muestra de su interés e ilusión por tener todo preparado para la llegada del bebé.

Vale señalar que el síndrome del nido suele darse con más frecuencia entre las embarazadas activas, nerviosas e inquietas. Por lo que se recomienda intentar controlar la euforia y aunque la futura madre sienta que es capaz de hacer muchas actividades al mismo tiempo, es preferible que no las haga, porque aparte de exponerse a percances, como caídas o golpes, que podrían revestir peligro para el bebé y la mujer, realizar un esfuerzo extra podría hacer que el parto se adelante, lo cual es necesario evitar.

Lo mejor es procurar distraerse haciendo algunos ejercicios de gimnasia y relajación, pasear, organizar el bolso que se llevará a la clínica. Saber que todo está listo, servirá para que la madre se sienta más relajada.

Puede ocurrir que el afán por hacer cosas se incemente por las noches. En ese caso, se recomienda buscar hacer alguna actividad tranquila. Una cosa es mantenerse ocupada todo el día y otra muy distinta es hacer tareas que demanden estar mucho de pie o coger cosas pesadas. En este último caso, es necesario evitarlas porque implicarán un gasto extra de calorías. Ya de por sí el organismo posee varios kilos de sobrepeso, al tiempo que el metabolismo está acelerado para poder satisfacer las necesidades del bebé y no se descansa bien. Todo esto implica un desgaste de energías que no debe ser acentuado.

Por otro lado, en los días previos al parto, es importante evitar consumir chocolate, al igual que té o café, pues puede aumentar aún más el nivel de excitación.

Síntomas de la depresión postparto

La depresión postparto es muy común entre las mujeres que acaban de dar a luz, lo cual las hace sentirse angustiadas.  Este cuadro puede ser superado con el apoyo del círculo íntimo y, de ser necesario, un profesional de la salud.

Por lo general, los bajos estados anímicos pueden llegar a pedurar por meses y hasta incluso años si la mujer no recibe el tratamiento adecuado, lo cual sería muy peligroso tanto para la mujer como para su hijo pues se dieron casos en los que el estado depresivo era tan profundo que desencadenaron en hechos trágicos. Hay que tener en cuenta que las mujeres con depresión postnatal poseen pensamientos extraños y negativos con respecto a su bebé, debido a que lo ubica como  culpable de haberle arruinado  el bienestar del que gozaba antes de su nacimiento. Por este motivo, se da con mucha frecuencia que tras el parto las mujeres experimenten un estado anímico conocido como “baby blues”, que consiste básicamente en una profunda tristeza y cambios de humor bruscos.

Aunque, en la mayoría de los casos, estos cuadros desaparecen en pocas semanas, existen algunos otros en los que el problema se prolonga  por más tiempo producto del estrés que les provoca el cuidado del recién nacido. Es ahí cuando los síntomas de cansancio y tristeza pueden suscitar en las mujeres la aparición de  pensamientos dañinos vinculados a sus bebés.

Por supuesto que nada de esto quiere decir que la mujer que padezca este tipo de problemas vaya a ser una mala madre. Salvo excepciones, es bastante difícil que esos pensamientos negativos se terminen convirtiendo en una acción real. Por eso, es muy importante que todas las mujeres reciban después del parto asistencia de un profesional para, de ese modo, lograr sobreponerse a cualquier estado de depresión.

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Ejercicios para recuperar la figura después del embarazo

Además del abdomen, otras de las partes del cuerpo en las cuales se suele acumular grasa en el embarazo son las caderas, glúteos y muslos. Por lo que es bueno saber cuáles son los ejercicios más apropiados para poder recuperar la figura. Por supuesto que antes de comenzar con cualquier actividad física es indispensable recuperarse bien del parto, y ser conscientes de los cambios serán paulatinos.

Un punto favorable es que durante la lactancia se tienden a movilizar con mayor facilidad las grasas acumuladas, que son utilizadas por el cuerpo para la producción de leche. De manera que esa es una forma natural de bajar de peso.

A pesar de que los ejercicios localizados sirven para tonificar, no alcanza con ellos para eliminar la grasa, pues a medida que lo va necesitando el cuerpo utiliza las reservas con las que disponemos de manera indiscriminada. Por ello, es necesario hacer ejercicio aeróbico, a través del cual se pueden quemar calorías y grasa.

En tal sentido, una buena opción es salir a correr y, cuando estemos totalmente recuperadas del parto, también podemos agregar un poco de bicicleta. En este caso, media hora de pedaleo bastará para ayudarnos a perder hasta 300 calorías.

Por otro lado, las sentadillas constituyen el mejor ejercicio para trabajar glúteos, muslos y caderas. Esta actividad es perfecta también porque se la puede realizar en cualquier lugar. Pero siempre hay que cuidar que la espalda se mantenga recta y que el peso del cuerpo recaiga en los talones y no así en las puntas de los pies, ya que de ese modo comprobaremos que el movimiento que estamos realizando es el correcto. Lo más conveniente es comenzar haciendo 5 o 10 sentadillas a diario, e ir aumentando la cantidad de a poco.

Otra alternativa es bajar y subir escaleras, a buen ritmo pero evitando correr o dar saltos. Este ejercicio no sólo ayuda a tonificar sino que, a su vez, facilita la pérdida de peso.

Lo importante es mantener la constancia y ser pacientes, porque el tiempo de recuperación de la figura depende del cuerpo de cada mujer. Por lo que algunas retornarán a su peso en pocos meses, mientras que otras necesitarán bastante más para lograrlo. ¡A no desesperarse!

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Vacunas para prevenir la Hepatitis B

Es importante que las embarazadas sean conscientes de que deben cuidar a su bebé por nacer de ciertas enfermedades que pueden influir en su desarrollo, como es el caso de la Hepatitis B. Sobre todo, considerando que los bebés afectados por dicha enfermedad poseen un 90% de posibilidades de desarrollar una infección crónica de por vida.

Se trata de una enfermedad hepática que es causada por un virus, el cual reacciona distinto en cada persona puesto que es sabido que hay casos de individuos que tienen la capacidad de combatir la infección, eliminando el virus de forma exitosa. En tanto que en otras personas el virus persiste en su organismo, dando lugar a una enfermedad crónica que puede acarrear diversas complicaciones para toda la vida.

El contagio de la Hepatitis B puede darse como producto de mantener relaciones sexuales sin protección, o por el contacto con sangre contaminada con el virus, que suele ocurrir al compartir cepillos de dientes, agujas u hojas de afeitar. Pero también este virus se puede transmitir de la madre al bebé durante el parto, ya sea vía vaginal o cesárea.

Según los expertos, hay un gran número de mujeres que a la hora de dar a luz desconocen que están infectadas, pues a veces no suelen presentarse síntomas. De manera que se corre un gran riesgo de que los pequeños sean contagiados sin saberlo. Por lo que es obligatorio realizarle un análisis de sangre a todas las embarazadas para determinar si están infectadas.

Tras producirse el nacimiento, los bebés deben ser vacunados contra la Hepatitis B, y recibir una segunda aplicación entre el primero y el segundo mes de vida. La última dosis debe ser aplicada entre los 6 y 18 meses de nacido. En efecto, la vacuna ayuda considerablemente a disminuir en un 90% la cantidad de niños infectados con esta enfermedad.

Es bueno saber que el virus no puede transmitirse a través de la leche materna, por lo que la lactancia puede ser iniciada sin problema alguno.

Efectos de la depresión materna en el desarrollo infantil

Según los especialistas, la depresión materna puede influir en el desarrollo del bebé durante el embarazo e incluso después de su nacimiento, lo cual se relacionaría con las bajas expectativas para el niño en función a una desatención durante su crianza por parte de la madre, quizá desarrollada involuntariamente.
Al mismo tiempo, la Academia Estadounidense de Pediatría sostiene que la depresión postparto puede afectar de manera negativa en los pequeños, perjudicando su desarrollo físico, lo cual repercutiría directamente en su crecimiento, incidiendo de este modo en la estatura de los mismos. Por este motivo, los expertos subrayan la importancia de llevar a cabo un tratamiento apropiado para combatir la depresión materna durante el primer año de haberse producido el parto, para así prevenir que los niños tengan baja estatura.
Al respecto, Pamela J. Surkan, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, en Baltimore, en una nueva investigación sobre el tema postula que si bien investigaciones anteriores lograron demostrar que la depresión materna puede influir negativamente en el desarrollo de los niños, retardando incluso su crecimiento durante los primeros dos años de vida, no hay mucha información que de cuenta acerca de cómo estos síntomas inciden en los niños mayores.
Durante la realización del estudio, se comprobó que los síntomas de depresión materna después de haber transcurrido nueve meses del parto tendrían efectos negativos sobre el crecimiento de los niños de más de tres años de edad, pues se ha logrado comprobar que  los hijos de madres que sufren una depresión severa poseían un 48% de probabilidades de situarse por debajo de la media de estatura apropiada en torno a los cuatro y cinco años, en comparación con otros pequeños cuyas madres no padecían depresión.
Las causas de la depresión materna podrían estar relacionadas con una alimentación pobre, como sería el caso de  una breve lactancia materna, así como una falta de apego entre madre-hijo, algo vital para que el desarrollo del bebé sea adecuado.

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Alimentación del último mes de embarazo

Durante el último mes de embarazo es muy común que una se sienta cansada y con ciertas molestias, pero esta situación no puede servir de excusa para hacer a un lado la dieta.
En esas cuatro semanas, que restan para dar a luz, será cuando el bebé crecerá más. Razón por la cual, es indispensable que el pequeño reciba todos los nutrientes necesarios.
Debido a que sus órganos, particularmente sus pulmones y cerebro, todavía siguen desarrollándose, es necesario ingerir proteínas y Omega 3 que están presentes por ejemplo en el pescado, pues colaboran con la plasticidad cerebral.
Por otro lado, durante y después del parto, la madre experimentará un marcado desgaste físico. Para ello, precisa consumir alimentos ricos en hierro y proteínas, que intervienen en la producción de hematíes; y grasas e hidratos de carbono, para afrontar el gasto de calorías que implica un trabajo de parto.
No se trata de comer más sino mejor. Cada tanto no viene mal un antojo, pero no hay que abusar de ellos si no se desea engordar desmedidamente. Diversos estudios probaron que en el último mes de gestación es cuando la embarazada sube más kilos, por eso si se gana más peso del sugerido estará expuesta a tener problemas de tensión arterial alta, a presentar diabetes o a tener bebés muy grandes, que en ocasiones pueden complicar el parto.
En contrapartida, si no se gana el peso necesario, resulta fundamental comenzar a comer mejor, no sólo para asegurarse de llegar bien a la fecha de parto sino para contar con la energía suficiente para afrontar la lactancia.
Naturalmente, el metabolismo de las embarazadas se adapta a las nuevas necesidades que supone la gestación, por lo que se aprovecha mejor la energía que aportan los alimentos para proporcionarle la glucosa necesaria al feto. Al tiempo que reduce la motilidad intestinal para una mejor absorción de los nutrientes.

Cómo vencer el miedo al parto

No hay embarazada, sobre todo si se trata de una primeriza, que no sienta miedo al parto, pues se trata de algo completamente normal. Al fin y al cabo, es una situación que genera incertidumbre y, por consiguiente, cierto temor. Hay algunas que le tienen miedo al dolor, y a otras las desvela que su bebé sea sano.
En estos casos, lo más conveniente es compartir tus temores con tu pareja, pues al hacerlo irá desapareciendo de algún modo esa sensación de soledad que los suele acompañar. No debes sentir vergüenza, pues es lógico experimentar cierta incertidumbre ante los dolores de parto.
No es posible saber de antemano cuán intensos serán los dolores que sentirás durante el parto, ni cómo reaccionarás ante los mismos. Esta situación, genera inseguridad en las mujeres que están por dar a luz. Es bueno saber que la mayoría de las mujeres sostienen que el dolor es muy intenso, aunque nada que no pueda tolerarse, en especial porque la mayor parte de los intervalos entre las contracciones son indoloros. De modo que debes mentalizarte y pensar que vas a poder, pues no es nada que no haya experimentado otra mujer. En definitiva, se trata de un acto instintivo.
Parte del temor al parto está dado por desconocer cómo será. Según estudios realizados hasta el momento, las mujeres que están bien informadas sienten menos miedo, antes y durante del parto. Es preferible conocer de antemano que el dolor de las contracciones va creciendo a medida que va avanzando la labor de parto. Bajo ningún concepto debes dejarte influenciar por las experiencias que han tenido otras mujeres, pues cada parto es único y distinto en sí mismo.
Puede ocurrir que también te preocupe saber cómo será tu relación de pareja cuando nazca el bebé. Es inevitable que la misma cambie, pues un nuevo miembro se incorporará a la familia. En caso de que surja algún problema, nunca está de más consultar con un psicólogo para que los ayude.
Como vimos, sentir miedo ante el parto es lo más natural del mundo. Lo importante es contar con un buen acompañamiento, que incluya a la pareja, la familia y el profesional médico.

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La psicosis postparto afecta al 50% de las mujeres

Una de cada quinientas mujeres embarazadas se ve afectada por la psicosis puerperal, lo cual pone en peligro la vida del bebé. Se trata de una enfermedad mental seria, que se produce durante el postparto y que puede conducir al suicidio a la mujer o, en el peor de los casos, a la muerte del pequeño a manos de su progenitora. Si bien las causas que la originan se desconocen, los especialistas creen que se debe a los cambios hormonales que experimentan las mujeres luego de dar a luz.
La psicosis postparto, es una enfermedad que se produce tras el parto por el temor que se impone en las mujeres por sobre el deseo de ser madre. El parto genera cambios sustanciales en el cuerpo de la mujer, por lo que durante el puerperio pueden aparecer casos de cuadros psicóticos severos, al igual que un estado depresivo y pensamientos negativos que llevan a querer lastimar a su hijo e, incluso, a ella misma.
Es válido saber que este trastorno no posee relación alguna con un problema psicológico anterior al parto, así como tampoco a antecedentes de enfermedades mentales en la familia.
Para prevenir consecuencias mayores, se está realizando una campaña de concienciación para que los médicos, de manera conjunta con el personal sanitario,  puedan reconocer los síntomas y ayudar en el tratamiento.
Aquellas mujeres que poseen antecedentes de trastorno bipolar, tienen un 50% más de probabilidades de sufrir psicosis puerperal. Incluso, los padres también pueden llegar a padecer dicho trastorno, debido a que sienten que deben competir por el amor de la madre.

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