La necesidad de usar pezoneras

Cuando somos madres, los primeros momentos a la hora de alimentar al pequeño son críticos. A veces nos desesperamos porque no conseguimos que se enganche bien al pecho, otras no sale leche y supone dolor para la madre y otras, a pesar de que el niño consigue mamar, no lo hace lo suficiente. Son algunas de las situaciones en las que se recomendará el uso de pezoneras.

Se trata de un sistema que pretende ayudar al pequeño a alimentarse, aunque no suele ser el primer recurso de las madres. Y es que, si son primerizas, los dolores y la escasez de leche irá pasando según el bebé se consiga colocar bien en el pecho a la hora de succionar.

Recien nacido mamando
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¿Por qué podría ser necesario que la utilizase?

Con las pezoneras el niño se agarra mejor al pecho de la madre. Es por eso que se comienza a recomendar su uso, cuando se dan las citadas situaciones. Esto evitará que tengamos que recurrir a otros métodos. Además, ofrece al recién nacido un estímulo muy satisfactorio a la hora de alimentarse.

La razón es que ofrecen un estímulo claro en el velo del paladar, y eso invita al pequeño a succionar de forma más efectiva y segura. Además, la pezonera predispone al bebé para luego ser alimentado con biberón, así que, aunque nos parezca un fastidio en los primeros momentos, como todo, también tiene sus ventajas.

Si comenzamos a utilizarla lo que tenemos que vigilar es la producción de leche y la ganancia o no de peso por parte del pequeño. ¿Cómo hacerlo? Primero llevando la cuenta de los pañales que moja el bebé y después revisando la pezonera una vez que termine de comer el niño.

En ocasiones, los expertos pueden recomendarle también que se extraiga leche después de amamantar a su hijo. Se trata de asegurarse un complemento o suplemento, por si no fuese suficiente lo que succiona el pequeño directamente del pecho.

Tipos de pezoneras

Normalmente las pezoneras son de silicona, mucho más delgadas y suaves que las que se utilizaban hace años de caucho. La idea es que se acople al pezón de la madre de la forma más cómoda posible para ambos, pero sobre todo para el lactante.

Para escoger la más adecuada, deberá tener en cuenta el largo y el ancho de la punta que tiene la pezonera, que es lo que se acoplará al pezón. El largo, deberá acoplarse a la boca del bebé, pero no se pase, porque podría producirle nauseas.

Todas las mujeres pueden amamantar


No hace falta decir que todos los pechos son igual de aptos para amamantar a un bebé, aún si se tiene los pezones planos o invertidos.
Buena parte de las mujeres renuncian a la lactancia materna debido a que creen que no podrán darle el pecho a su bebé, pero con tenacidad y algunos consejos superarás fácil el problema.
La diferencia entre pezones planos y pezones invertidos, es que en los primeros al apretar la areola no sobresale mientras que cuando éste parece retraerse más hacia atrás, parecido a un ombligo, se trata de un pezón invertido.
Los pezones planos e invertidos disponen de ligamentos más cortos que lo habitual, causando que se vean hundidos, lo cual torna más difícil que el bebé se agarre bien al pezón, generando que el comienzo de la lactancia pueda parecer algo problemático.
Los pezones planos, por lo general, se corrigen con la propia succión que efectúa el bebé para alimentarse en tanto que los pezones invertidos jamás protruyen, es decir, nunca salen hacia afuera. Si bien con ambos es posible amamantar, en algunos casos la lactancia materna puede resultar dolorosa debido a que al succionar el bebé se producen heridas en la piel de los pezones formándose las tan indeseables grietas.
Luego del parto, lo más común es que las mujeres con pezones planos o invertidos consulten con algún especialista para comenzar la lactancia materna.
Incluso, se puede apelar al uso de ciertos artilugios como es el caso de las pezoneras o aparatos para usar previo al parto. Pero sólo funcionarían en el caso de pezones planos. Si bien en la mayoría de los casos funcionan, podrían ocasionar obstrucciones en los conductos mamarios.
Luego del nacimiento del bebé, en función al grado de hundimiento, en ocasiones es el mismo bebé quien al succionar termina corrigiendo el pezón sacándolo hacia afuera. Caso contrario, los pezones tienen que ser estimulados previo a la toma para lograr que el pezón salga.
También, se pueden probar diversas posturas para hallar aquella con la cual el bebé se agarre mejor al pecho.
En fin, si deseas dar el pecho a tu bebé puedes hacerlo sin importar si posees pezones planos o invertidos. Cualquier duda, consulta a tu médico de confianza.

Los pezones doloridos

Cuando estamos dando el pecho, nos encontramos que muchas mujeres podrían tener molestias, que se conoce como pezones doloridos. Y, también, suelen aparecer grietas, que son bastante molestas. Todo esto nos está indicando que la colocación del bebé al darle el pecho. Algunas de las cosas que podemos tener en cuenta para evitar estas dolencias, o hacer que sean menores, son: cuando nos duchemos, debemos lavar el pecho sólo con agua, no debemos usar ni jabones, ni alcohol, ni ningún tipo de producto, que pueda provocar que nuestra piel se reseque. Antes de las tomas, no es necesario que lavemos nuestro pecho, no pasa nada si no lo hacemos.pezones doloridos

Si no empleamos jabón o materiales químicos, evitaremos que la piel se reseque. Si se producen grietas no debemos utilizar cremas que puedan provocar que tengamos que volver a lavar nuestro pecho, otra vez, con agua, cada vez que nuestro pequeño quiera tomar el pecho. La mejor manera de tratar este problema es aplicar unas gotas de nuestra propia leche sobre el propio pezón y la zona de la areola, tras las tomas, y dejar que nuestros pezones se puedan secar al aire. Nuestra propia leche hará que la piel se hidrate -ya que las grietas vienen provocadas, en muchas ocasiones, por culpa de la deshidratación de la propia piel, que en esa zona del cuerpo es muy fina-.

También, debemos evitar las pezoneras de siliconas, que lo único que hace es confundir la succión del bebé y hacer que nuestro pecho no reciba el estímulo que necesita, para poder producir la leche.