Los padres que trabajan todo el día son propensos a tener hijos agresivos

Un estudio realizado por expertos del Social Science Research Centre de Berlín determinó que aquellos padres que trabajan durante largas jornadas e incluso hacen horas extra tienden a tener hijos más agresivos.

Durante la investigación, fueron evaluados alrededor de 1.400 niños de Australia Occidental con entre 5 y 8 años de edad. En base a ello se concluyó que el 19% de los padres, es decir, uno de cada cinco, trabajaba más de 55 horas a la semana, lo cual afectaba el comportamiento de sus hijos, quienes eran más propensos a ser delictivos y agresivos en comparación con los niños cuyos padres desarrollaban una jornada laboral normal.

De acuerdo a este estudio, no solo en Australia los padres suelen pasar mucho tiempo fuera del hogar, sino que esta situación también se da en países como Alemania, en donde el 15% de los padres con hijos de entre 3 y 4 años superaron las 55 horas semanales de trabajo en 2011.

Los investigadores explican que cuando los padres trabajan demasiado comparten menos tiempo con sus hijos y, por ende, los controlan poco. Esta situación se agrava cuando las madres llevan a cabo una jornada laboral extensa. De este modo, al limitarse la presencia paterna, se incrementa el riesgo de que los hijos padezcan problemas de conducta por falta de control.

Los expertos señalan que si bien en los últimos años los padres tienden a pasar más tiempo con los hijos, la calidad del tiempo es cuestionable. En tal sentido, los niños esperan que sus padres les presten atención cuando retornan del trabajo. Por ese motivo, es de suma importancia que los progenitores no se encuentren cansados o estresados al volver a casa, pues estos factores condicionan la calidad del tiempo que se pasa con los hijos.

No obstante, es preciso aclarar que el estudio no contempla ciertos puntos importantes como, por ejemplo, las necesidades económicas, lo cual hace que los padres se vean obligados a extender su jornada laboral para poder satisfacer las necesidades de la familia. De lo contrario, es probable que surjan otros problemas vinculados a la situación de la economía familiar. Lo ideal, afirman los investigadores, es encontrar el equilibrio, aunque para ello es necesario que las empresas faciliten la flexibilidad laboral.

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Efectos del estrés en los niños

El estrés no sólo es un problema que afecta a los adultos sino que incluso los niños pueden padecer esta enfermedad anímica, la cual puede afectar el normal desarrollo de los mismos.
En tal sentido, el estrés puede afectar negativamente el desarrollo saludable de los niños producto de la activación en exceso o muy prolongada de los sistemas de respuesta al estrés en la totalidad de su organismo, ocasionando inmediatamente problemas e incluso a largo plazo, pues sus efectos se pueden evidenciar en la adultez debido a que se tornan más propensos a padecer cáncer, depresión crónica o asma.
Esta información fue dada a conocer por el estudio realizado por la Academia Estadunidense de Pediatría, según el cual se ha comprobado que hay una respuesta tóxica en el cuerpo de los pequeños causada por el estrés, viéndose perjudicados su conducta, sus habilidades de aprendizaje y salud en general.
Los niños sanos aprenden naturalmente a lidiar con los niveles de estrés, pero en numerosos casos el problema puede tornarse grave, constituyendo una amenaza para el cuerpo de esos pequeños, el cual responde al estrés incrementando las hormonas de la presión arterial, el cortisol y la frecuencia cardíaca, generando un desgaste en su organismo.
Por lo general, un niño puede superar la crisis rápida y efectivamente cuando se produce la activación de los conos de respuesta, pero en algunos casos esa respuesta puede ser excesiva y extenderse por más tiempo, algo que puede dejarle marcas para toda su vida.
De acuerdo a lo que indican los expertos, hay un estrés positivo, que es completamente normal y previsible en la vida de todo niño, el cual produce el aumento de la frecuencia cardíaca. Aunque además existe un estrés negativo, que se presenta cuando el niño debe afrontar solo una situación adversa, sin contar con el respaldo de las personas adultas.

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Los suplementos de hierro evitarían problemas de conducta en los niños

Los tratamientos con suplemento de hierro que los especialistas acostumbran a indicar a los niños que nacen con poco peso parecerían dar óptimos resultados, pues además de evitar anemias y problemas de salud en los bebés servirían para prevenir futuros problemas de conducta, como la depresión o la ansiedad. Al menos, así lo expresa un estudio realizado por la Universidad de Umea, en Suecia.

De la investigación, que estuvo a cargo de Staffan Berglund,  participaron unos 285 bebés nacidos con poco peso, que fueron controlados durante su desarrollo. Cuando los niños cumplieron las primeras seis semanas de vida, los investigadores tomaron la decisión de separarlos de manera aleatoria, suministrándoles diariamente a algunos de ellos unas gotas con hierro hasta que cumplieron los seis meses.

Al llegar a los 3 años y medio, se les efectuó a los niños un test con el propósito de medir su coeficiente intelectual, realizándoles a la vez preguntas a los padres sobre el comportamiento de sus hijos. Con la información recavada, los expertos procedieron a  comparar los resultados obtenidos de los niños que tomaron las gotas con hierro con los que no lo recibieron, contrastándolos luego con otros 95 niños que nacieron con un peso normal.

De ese modo, logró comprobarse la existencia de diferencias entre los bebés que recibieron el tratamiento con hierro, quienes junto con los que nacieron con un peso adecuado arrojaron mejores resultados en los estudios, en tanto que los niños a los que se les suministró el placebo exhibieron ciertos problemas de conducta durante su desarrollo, tales como problemas de aprendizaje, de atención, de sueño, depresión y ansiedad. Por lo que de ello se desprende que una deficiencia de hierro a lo largo de la infancia podría incidir en el aumento de posibilidades de presentar problemas de conducta.

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Los niños con trastornos del sueño tienden a desarrollar problemas de conducta

Hay una gran cantidad de niños que roncan cuando duermen, lo cual puede denotar la existencia de un problema, aunque esta situación suele ser desconocida por los padres. En estos casos, es necesario hacer una consulta con el médico, porque el roncar de manera intensa y constante en la niñez puede estar intrínsecamente relacionado con problemas de conducta en los pequeños que están en edad de preescolar, como pueden ser deficit de atención, hiperactividad, etc.
Dicha afirmación, se desprende de un estudio realizado por científicos estadounidenses del Hospital Médico Infantil de Cincinnati, dirigidos por el Dr. Dean Beebe. Los especialistas concuerdan que los ronquidos indican un problema de fondo, que incluye desde la falta de atención e hiperactividad, hasta depresión durante la etapa de la infancia, los cuales constituyen problemas que influyen directamente en el desarrollo de los niños.
Para arribar a dicha conclusión, los científicos efectuaron una investigación, que incluyó la observación de 249 niños, sobre los cuales fueron sus propias madres quienes debieron responder a cuestionarios acerca de la naturaleza del sueño de los pequeños, así como de su comportamiento durante el resto del día.
Los resultados han logrado revelar que los niños de entre los dos y los tres años que roncan de manera fuerte, al menos dos veces a la semana, presentaban mayores problemas de conducta en contraste con aquellos niños que no roncaban al dormir.
Entre los principales factores que producen los ronquidos se encuentran un bajo nivel socioeconómico además de la falta de la lactancia materna, ya sea total o por un breve período. De modo que los ronquidos fuertes, que se prolongan a través del tiempo, no pueden ser considerados normales, volviéndose necesario consultar con un pediatra puesto que existen tratamientos que permiten solucionar este problema. 

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