Sexo del bebé: ¿niño o niña?

La compañía británica My Vouchers Codes realizó un estudio, del que participaron unas 1.289 parejas, acerca de las preferencias de las personas respecto a la paternidad/maternidad. Si bien la mayor parte de los encuestados afirman que lo más importante es que el bebé sea sano, no han dejado de expresar  sus preferencias sobre el sexo del pequeño.
Según este estudio, el 66% confiesa preferir un varón como primogénito, puesto que piensan que cuidará mejor de sus hermanos y debido a que, por ende, se garantiza la continuidad del apellido. Aquellas parejas que prefieren tener una niña, lo hacen porque consideran que son más responsables y un buen modelo a seguir para los hermanitos.
No hay forma de decidir el sexo del bebé, pues esa es tarea de la naturaleza. Pero es bueno saber que las posibilidades son de alrededor de un 50% para cada sexo. De todos modos, hay algunos métodos y hábitos que tal vez puedan servir de ayuda para concebir un bebé de uno u otro sexo.
Los espermatozoides de carga masculina resultan más rápidos en contraste con los que poseen carga femenina, aunque además son menos resistentes. Lo cual quiere decir que si bien los que engendran a un varón llegan al útero de forma más rápida, éstos mueren primero que los que engendran a una niña, pues a pesar que demoren más en llegar su supervivencia es de varios días. Por eso se dice que aquellos que desean tener un niño, les conviene no mantener relaciones hasta llegado el día de la ovulación. En tanto que los que prefieren una niña lo más conveniente es que mantengan relaciones sexuales un par de días antes.
Por su parte, investigadores de la Universidad de Oxford han descubierto que al hacer una dieta rica en calorías, sin saltarse el desayuno, existen mayores probabilidades de concebir un varón. En el caso que se desee una niña, hay que procurar de no sobrepasar las 2.200 calorías diarias y consumir  alimentos que contengan calcio y magnesio.
Al mismo tiempo, se cree que cuanto más sexo se practique mayores posibilidades habrá de concebir una niña. Existe la teoría de que la frecuencia de las relaciones sexuales influye de manera negativa en la producción del cromosoma Y en el esperma.

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Se podría saber el sexo del bebé a partir de las 4 semanas de gestación gracias a una novedosa prueba casera

Una de las cosas que mayor ansiedad genera en las parejas es, sin dudas, saber el sexo del bebé cuanto antes, sobre todo si se trata de padres primerizos.
Por lo general, recién en el tercer mes de embarazo se puede conocer el sexo del bebé, aunque a veces hay que aguardar hasta el quinto mes de gestación para conocer qué será.
Para todos esos padres ansiosos, se está trabajando en la prueba casera MyTest Bebé, que podría develar el sexo del feto desde la cuarta semana de embarazo.
El procedimiento es muy simple. El kit contiene una toallita humedecida para desinfectar la yema del dedo. Después, se pincha con una lanceta descartable  y se aplican un par de gotas de sangre en un filtro, el cual se debe introducir en un tubo con un líquido reactivo. Luego de esperar algunas horas, si se pone azul es niño y si permanece transparente es niña.
Dicho test mide la presencia en la sangre de la embarazada de un fragmento de ADN del cromosoma. En caso de mellizos o un embarazo múltiple, se torna un poco más complicado. De ser así, la única certeza que existe es que si no reacciona el filtro es porque son todas niñas.
Se estima que MyTest Bebé estaría disponible en las farmacias en aproximadamente unos seis meses a un coste que rondaría los 100 euros. De más está decir que este test posee mucho sentido en el caso de aquellas parejas que poseen antecedentes familiares de enfermedades genéticas, donde saberlo a tiempo sería sumamente importante. El test posee una fiabilidad del 99 por ciento, siendo inclusive más efectivo que la ecografía.

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Prácticas caseras para predecir el sexo del bebé

Saber el sexo del bebé apenas quedamos embarazadas, es algo que muchas mamás han convertido en una auténtica ciencia de adivinación. De este modo, somos capaces de predecir si será niño o niña con tan sólo observar, por ejemplo, la forma de la barriga, la cara y la piel de la embarazada, los antojos, realizando el ritual de la cadena o el de la aguja,  etc.

Se dice que cuando la barriga de la futura madre es redonda se trata de un niño y cuando es de pico, niña, aunque para algunos es al revés. De igual modo, existe la creencia de que cuando esperas un niño estás más guapa, todo lo contrario a cuando se trata de una niña.

Otras creencias que existen al respecto indican que si la edad de la madre es impar será niña y si es par niño.  También, se suele apelar para realizar dichos vaticinios a una aguja pendiendo de un hilo, o el calendario lunar o tabla china.

Si bien se trata de creencias, por cierto, muy entretenidas, es bastante ingenuo o aventurado de nuestra parte confiar en ello. De modo que si queremos saber el sexo de nuestro bebé, lo mejor es fiarse de las ecografías.

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Un nuevo estudio permite conocer el sexo del bebé en la octava semana de gestación

Los padres podrán conocer el sexo del bebé en la octava semana de gestación, sin tener que esperar como ocurría hasta el momento a la vigésima. Incluso, se podrá realizar el diagnóstico de enfermedades, tales como la hemofilia o la distrofia muscular, con solo una muestra de sangre de la madre que presenta ADN del futuro bebé.
Este avance de la ciencia tuvo lugar gracias a las investigaciones llevadas a cabo por el laboratorio Lorgen en conjunto con el Hospital Materno Infantil Virgen de las Nieves de Granada y la Fundación para la Investigación Biosanitaria (FIBAO). De este modo, es posible saber a los dos meses de embarazo el sexo del futuro bebé,  con una fiabilidad superior al 98%, con mayor exactitud que la ecografía.
Hasta ahora el diagnóstico prenatal precisaba esperar hasta la vigésima semana del embarazo, recurriendo a la ecografía o a la toma de células fetales mediante métodos invasivos, como la biopsia y la cordocentesis, los cuales pueden suponer algunos riesgos al introducirse en la placenta.
Las nuevas pruebas, como no emplean técnicas invasivas sino sólo una muestra de sangre, no implican ningún peligro para la embarazada y el feto.
La cuestión de contar con el ADN del feto abre la puerta a otros análisis genéticos, para el diagnóstico de otras enfermedades y la prevención de una serie de problemas durante la gestación.
En el caso de que la familia posea antecedentes de enfermedades monogénicas y que, por consiguiente, la madre requiera de ciertos cuidados y atención especial durante el embarazo, el Servicio Nacional de Salud cubre el coste de las pruebas.
En tanto que si lo que se pretende es conocer el sexo del bebé sin esperar a la semana 20 o apelar a técnicas invasivas, la madre tiene que acudir a un laboratorio de análisis clínicos o una clínica ginecológica para la extracción de una muestra de sangre, la cual será enviada a Laboratorios Lorgen, teniendo acceso a los resultados en un plazo de 48 horas. Vale aclarar que, en este caso, el coste de las pruebas será de entre 120 y 130 euros.

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