Miocardiopatía periparto

Al igual que muchos otros órganos de nuestro cuerpo, el corazón sufre cambios durante la gestación, el cual posee más trabajo debido a que el torrente sanguíneo que tiene que bombear es mayor al habitual. Dicho trabajo, por lo general es bueno porque es comparable al ritmo que lleva el corazón al hacer ejercicio. Pero en algunos casos el corazón no soporta tal esfuerzo y se puede lesionar.
Uno de los problemas que pueden surgir es el de la miocardiopatía periparto, un trastorno que suele aparecer en la etapa final del embarazo o incluso durante los cinco meses posteriores al parto. El músculo cardíaco se debilita y se ve imposibilitado de bombear sangre al ritmo correcto, lo cual deviene en problemas en los pulmones, el hígado y otros órganos del cuerpo. Generalmente, se manifiesta de manera progresiva a través de edemas en las extremidades o dificultad al respirar.
Es de suma importancia controlar si luego del parto se produce un aumento repentino de peso ya que esto podría estar indicando retención de líquidos. Asimismo, las palpitaciones así como la fatiga, son indicadores también de insuficiencia cardíaca. En caso de que el empeoramiento sea muy rápido, se puede llegar a necesitar  un trasplante del corazón.
Si bien se trata de una enfermedad que en algunos casos puede ser fatal, comúnmente con los tratamientos adecuados el corazón se recupera.
La miocardiopatía periparto, se puede presentar en cualquier mujer, aunque les ocurre con mayor frecuencia a las mayores de 30 años y mujeres con varios hijos. A su vez, ocurre con mas frecuencia en embarazos gemelares y en las mujeres que sufren hipertensión arterial.

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Los cólicos infantiles podrían ser producto de la migraña sufrida por las madres

De acuerdo a una investigación llevada a cabo por la doctora Amy Gelfand, neuróloga pediátrica del Centro del Dolor de Cabeza de la Universidad de California, en San Francisco, las mujeres que padecen de migrañas frecuentes poseen  más del doble de probabilidades de tener un bebé que sufra de cólicos.
Según dicho estudio, las madres con antecedentes de migraña tenían más del doble de posibilidades de tener un bebé que sufra de cólicos, en comparación con aquellas madres que no sufrían de migrañas.
Para lograr identificar a las madres diagnosticadas con migrañas crónicas y  precisar si un niño tenía cólicos, se realizó un cuestionario  pues el efecto de los dolores de cabeza generado por las migrañas tendría un fuerte vínculo genético con el niño en gestación. Para el estudio, fueron analizados los datos de un total de 154 madres, lográndose determinar que alrededor del 29% de los bebés de mujeres con antecedentes de migraña tenían cólicos, en contraste con el 11% de los bebés de madres que no padecían de migrañas crónicas.
También, se observó una tendencia en las encuestas realizadas a los padres, de las cuales se desprendió que el 22% de los bebés que sufrían cólicos tenían un papá con migraña, contra el 10% de los bebés que no padecía cólicos.
Vale destacar que la migraña es un problema que afecta en su mayoría a las mujeres, las cuales en gran parte no han sido diagnosticadas para su tratamiento.
De este modo, los especialistas estudian la posibilidad de que los cólicos infantiles sean una manifestación precoz de la migraña, puesto que los bebés y los niños poseen su sistema nervioso inmaduro que funciona de manera muy distinta al de los adultos. De ahí que la migraña se podría manifestar de modo distinto en el cuerpo de un niño, independientemente de su género.

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La gripe en bebés y niños

Una de las enfermedades más frecuentes en los niños es la gripe, una infección respiratoria muy contagiosa, con un período de incubación de 1 a 3 días, cuyos síntomas son fiebre alta, cefaleas, vómitos y tos seca. Aunque también, en algunos casos, pueden presentar rinitis, conjuntivitis y faringitis.
Este estado gripal, que suele durar de 2 a 4 días, aparece en casos aislados o en forma de brotes, pudiendo llegar a producirse epidemias, sobre todo durante la época invernal.
En el caso de los más pequeños es común que se presenten complicaciones como la Otitis media aguda y Bronquitis.
Esta enfermedad viral, es producida por el virus Influenza, pero a menudo surgen tipos de virus nuevos, de modo que se torna difícil prevenirla.
Los ancianos, niños y las personas con asma, cardiopatías, desnutrición, diabetes y trastornos de la inmunidad, entre otros, son los más afectados, en algunos casos gravemente. Por lo que quienes conformen dicho grupo de riesgo tienen que visitar al médico antes que comience el invierno para que les apliquen la vacuna antigripal.
Vale aclarar que no es necesario tomar antibióticos en caso de tener fiebre, con un antitérmico bastará. Sólo si la fiebre persiste por más de 3 días, el médico recetará antibióticos.
Para el tratamiento de la gripe, se aconseja reposo, beber mucho líquido y la realización de nebulizaciones para desobstruir las vías respiratorias altas.

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La toxoplasmosis en el embarazo II

Dentro de los estudios de rutina solicitados por el médico durante el embarazo está el de la toxoplasmosis. Los análisis de sangre pueden detectar la presencia de anticuerpos de la toxoplasmosis, los cuales indican inmunidad o bien una infección reciente.
Algunos de los síntomas de la enfermedad son: inflamación de los ganglios linfáticos del cuello sin dolor y otros síntomas más leves, como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza y fiebre.
Durante la gestación, puede sospecharse la presencia de toxoplasmosis cuando en una ecografía se observan algunas anomalías en el feto. De todos modos, la mayor parte de los bebés infectados no presentan ninguna anormalidad.
En caso que los resultados indiquen que la madre ha contraído toxoplasmosis en el embarazo, su médico le suministrará un antibiótico para reducir el riesgo de transmitirle la enfermedad al bebé. Y para determinar si el bebé ha sido contagiado, se le realizará un análisis de ADN especial del líquido amniótico así como una serie de ecografías.
Si el bebé contrae toxoplasmosis, las consecuencias pueden ser de leves a graves. Incluso, la infección puede ocasionar un aborto espontáneo, la muerte del bebé al nacer o fallecimiento tiempo después del nacimiento.
Asimismo, la toxoplasmosis congénita puede llegar a afectar el cerebro del pequeño, provocando problemas estructurales y neurológicos, como retrasos mentales o trastornos de motricidad, parálisis cerebral y epilepsia. También, otros órganos pueden resultar afectados, en especial los ojos, produciendo alteraciones en la visión y hasta ceguera.
Al nacer, algunos bebés presentan síntomas de toxoplasmosis como hepatomegalia, aumento del tamaño del hígado, ictericia, bajo recuento de plaquetas, infección cardiaca o pulmonar, esplenomegalia, aumento del tamaño del bazo; sarpullido y adenopatía, aumento del tamaño de los ganglios linfáticos.
No obstante, la mayoría de los bebés que tienen toxoplasmosis congénita, sobre todo aquellos infectados en el último trimestre del embarazo, al nacer parecen normales pero luego de unos meses o incluso años, pueden desarrollar problemas de gravedad.
Por este motivo, el tratamiento es efectivo para los bebés pues disminuye el avance de la enfermedad. Y si bien el tratamiento al que es sometido el bebé luego del nacimiento no puede revertir todo el daño ocasionado, sí logrará reducir el riesgo de desarrollar nuevos problemas durante la infancia y a lo largo de su desarrollo.

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Cómo prevenir la aparición de hongos en la boca del bebé

La boca del bebé recién nacido es una zona muy proclive para la aparición de hongos, como la «candida albicans«, un hongo que aparece en la boca del bebé y ocasiona una infección llamada «muguet«. Normalmente, no genera molestias al bebé, pero debe tratarse para que no provoque dolores en el pecho de la madre.
En ocasiones, se puede observar en el labio superior del bebé un pequeño callo que se desprende cada tanto. Es algo habitual en los bebés amamantados y desaparece con el tiempo, especialmente con el uso de la cuchara.
Según la zona donde aparece, el muguet recibe distintos nombres, como «sapillo», «hollín», «aljolí.
Para prevenir su aparición, si el bebé utiliza biberones o chupetes , resulta conveniente hervirlos con frecuencia para erradicar los hongos.
 Se debe tener especial cuidado en caso que la madre padezca una vaginitis o si se encuentra tomando antibióticos, ya que de la madre pueden contagiarse al bebé.
Para el tratamiento de estos hongos, el pediatra seguramente recomendará un líquido o una pasta que contenga un antimicótico para aplicar en la boca siempre después de las tomas para que permanezca por más tiempo en la boca.
Con respecto a las complicaciones que pueden surgir en una infección de este tipo residen en la aparición de hongos en heces, las cuales pueden causar una dermatitis del pañal muy molesta y complicada de aliviar si no se conoce la causa. Otra de las complicaciones es el contagio del pecho de la madre, quien puede llegar a sentir un intenso dolor en los pechos en cada toma. La candidiasis mamaria es bien molesta, por lo que se precisa tratar al bebé y a la madre a la vez.

Preeclampsia: síntomas y tratamiento

La preeclampsia, también conocida como toxemia gravídica, es una enfermedad propia del embarazo que afecta entre al 5% y al 8% de las mujeres embarazadas. Dicha enfermedad es diagnosticada cuando aparecen cuadros hipertensión arterial, edemas y proteínas en la orina después de las 20 semanas de gestación, en el parto o inclusive luego del nacimiento. Con menor frecuencia, la preeclampsia puede aparecer antes de las 20 semanas de embarazo, en los casos de enfermedad trofoblástica gestacional o síndrome antifosfolipídico.
La enfermedad puede ser leve, moderada o severa, según las cifras de presión arterial y pérdida de proteínas en la orina, en tanto que su progresión puede ser muy lenta o aparecer repentinamente en la etapa final del embarazo. La preeclampsia se soluciona con el nacimiento, el cual deberá ser programado en base a la edad gestacional y el estado de salud tanto de la madre como del bebé.
Por lo general, la preeclampsia aparece en las últimas semanas de gestación y con un correcto control médico obstétrico, reposo, dieta equilibrada y la supervisión de la salud del bebé, no existen grandes riesgos para la salud de la madre y el bebé.
En los casos de preeclampsia severa, existe el peligro de afectación en órganos importantes maternos y alteraciones placentarias, que pueden ocasionar serias complicaciones tanto en la madre como en la salud del bebé, llegando a correr riesgo la vida de ambos. Por tal motivo, ante un caso de preeclampsia severa lo más conveniente es que se produzca el nacimiento lo antes posible, aún corriendo riesgos de prematurez importante en el bebé.
La preeclampsia está vinculada a una vasoconstricción arterial, lo que produce una disminución en la llegada de sangre a órganos maternos como los riñones, hígado, e, incluso, la placenta. Producto de ello, hay un disminución de la llegada de alimentos y oxígeno al bebé que impide un desarrollo intrauterino normal, además de una disminución en el volumen de líquido amniótico, y, en los casos más extremos, puede provocar un desprendimiento prematuro de placenta, pudiendo ser letal para el bebé.
Alrededor del 15 al 20 por ciento de los casos, la preeclampsia se complica con el Síndrome HELLP, el cual altera el proceso de coagulación sanguínea.
En un comienzo, los síntomas de la preeclampsia pueden llegar a confundirse con los síntomas propios del embarazo, como son el aumento de peso y la retención de líquidos. De ahí que la mejor forma de detectarla es a través del control de la presión arterial en cada una de las consultas prenatales y un estudio en orina para detectar proteínas. Por ello, es de suma importancia un buen control obstétrico.
Los síntomas iniciales de la preeclampsia son: aumento de peso de más de 2 kg. en una semana, hinchazón de cara, párpados, manos, pies o tobillos, alteraciones en la visión, dolores abdominales agudos, vómitos o náuseas, y cefaleas fuertes y persistentes.
Se especula que el origen de la enfermedad está vinculado a la existencia una predisposición genética hereditaria acerca de una intolerancia inmunológica al embarazo, aunque esto no es posible afirmarlo con certeza.
Lo que sí se sabe es que la preeclampsia es más frecuente en mujeres que sufren hipertensión arterial, diabetes, enfermedades de la coagulación previas, enfermedades autoinmunes y embarazos múltiples, así como también puede suceder en madres primerizas o en los extremos de la vida fértil.
En cuanto al tratamiento, el mismo va a depender del grado de severidad de la preeclampsia y de la edad gestacional. Generalmente, se indica la internación para realizar un estudio completo materno-fetal.
Si la enfermedad es leve y te encuentras en la semana 37 o más, lo más seguro es que se realice, según el caso, una inducción del parto o una cesárea, para prevenir complicaciones más severas.
En caso que no hayas llegado a la semana 37 y la enfermedad sea leve, sin  afectación del bebé, seguramente se te indicará reposo, acompañado de una dieta, medicación anti-hipertensiva y un control exhaustivo de la salud fetal.
Al desconocerse la causa final de dicha enfermedad, no es posible realizar un tratamiento preventivo completo.
Algunos estudios señalan que bajas dosis de aspirina y la suplementación con calcio podrían ser útiles para prevenir e inclusive tratar la enfermedad.
La mejor forma de prevenir la enfermedad es realizar un adecuado control prenatal y permanecer alerta ante cualquier síntoma, para consultar inmediatamente a tu médico e iniciar el tratamiento adecuado.

Dermatitis del pañal

La dermatitis o sarpullido del pañal es uno de los problemas de la piel que más se presentan en los bebés, durante su primer año de vida. Básicamente, consiste en una inflamación de la piel en la zona que permanece en contacto con el pañal.
Una de las principales causas de la dermatitis es, sin dudas, el exceso de humedad y fricción, en lo que intervienen el contacto prolongado con la orina y las heces, la temperatura de la zona, las enzimas fecales, bacterias y hongos, entre otras cosas. Cuando las heces y la orina se encuentran presentes de manera simultánea, la enzima llamada ureasa fecal produce la separación del amoníaco que integra la urea, generando un aumento en el pH de la piel,  irritando de esa manera la piel.
Según estudios realizados, se comprobó que los bebés alimentados a pecho poseían un pH fecal menor y, en consecuencia, las enzimas como la lipasa y proteasa se hallaban disminuidas, por lo que era menor la incidencia de la dermatitis del pañal.
Es muy importante consultar inmediatamente con el pediatra o el dermatólogo infantil para diagnosticar las diversas causas de la afección, ya que la distribución y clase de lesiones en la piel sirven para definir un adecuado diagnóstico y tratamiento.
El empleo de pañales de celulosa descartables ha colaborado bastante en reducir este tipo de inflamaciones. El pañal usado tiene que ser lo suficientemente grande y poseer un diseño que permita reducir el roce al mínimo. El pañal debe ser cambiado cuando se encuentra mojado o sucio y para la higiene diaria lo mejor es limpiar con aceite común u óleo calcáreo, prescindiendo del uso de polvos.
En el caso de que tu pequeño sufra de dermatitis, es recomendable utilizar agua y jabón en el lavado cuando se lo cambia, dejando secar la parte afectada al aire libre por unos minutos, para luego aplicar un preparado a base de pasta lasar.  En caso de que haya una sobreinfección con un hongo, lo indicado es el uso de una crema con derivados imidazólicos tópicos, y si el niño presenta además un eccema atópico de base se deberán suministrar antihistamínicos por boca. El tratamiento dura entre ocho y diez días, tiempo necesario para que la piel se regenere.