Calidad de la alimentación en el embarazo

En el imaginario popular de las embarazadas, ronda la idea de que hay que comer el doble, pues un nuevo ser se aloja en su cuerpo. Pero en verdad, la cantidad no garantiza la calidad de lo que se come, de modo que es preciso observar muy bien qué es lo que se elige para alimentarse, más allá de las cantidades.
Más allá de que el cuerpo necesitará aproximadamente 300 calorías diarias adicionales, sobre todo en el último trimestre de la gestación, estas tienen que proceder de alimentos nutritivos y básicos para el desarrollo del bebé.
Lo que se consume se encuentra íntimamente ligado al desarrollo  pequeño, por lo que es muy importante respetar las indicaciones del médico.
En efecto, tanto el hierro como el calcio son básicos, y deberá consumirse en una dosis prescripta por el profesional médico para que el bebé pueda contar con qué abastecerse y no tomarlos de las reservas de la madre.
Para que el bebé pueda desarrollarse de forma adecuada, son necesarias  proteínas, vitaminas, minerales y carbohidratos.
En el caso de las proteínas, vitales para el crecimiento, las encontramos en alimentos como la carne, pescado, pollo y huevos.
Por su parte, los carbohidratos, que están presentes en pan, cereales, papas y arroz,  resultan esenciales para la energía.
Mientras que el hierro, que es básico para la producción de glóbulos rojos, se encuentra en alimentos tales como las lentejas, las carnes rojas y espinacas. En tanto que las vitaminas se hallan en todas las verduras y frutas.
Por último, es fundamental beber mucha agua y seguir a rajatabla las indicaciones del médico.

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La ingesta de vitaminas podría reducir los casos de partos prematuros y de bebés de bajo peso

Según un estudio, que fue publicado recientemente en el American Journal of Clinical Nutrition, tomar vitaminas antes y durante las primeras semanas de gestación podría servir de ayuda para reducir las posibilidades de parto prematuro y los nacimientos de bebés con bajo peso. De todas maneras, a pesar de los resultados, los investigadores aún no recomiendan su consumo en este periodo, debido a que es necesario llevar a cabo más estudios para estudiar de qué manera afectan las vitaminas a los bebés.
La toma de ácido fólico, previo a quedar embarazada y en los primeros tres meses de gestación, ayuda a prevenir defectos del tubo neural en el feto. A esto, ahora se le agrega que tomar complejos multivitamínicos antes de la gestación puede ayudar a reducir los partos prematuros y nacimientos de bebés de bajo peso.
El estudio, que fue llevado a cabo de manera conjunta por las universidades de Pittsburgh (EE.UU) y de Aarhus (Dinamarca), ha sido realizado a aproximadamente 36.000 embarazadas danesas. De acuerdo a lo arrojado por dicha investigación, se logró comprobar los efectos del consumo de vitaminas cuatro semanas antes y ocho semanas después de haberse producido la concepción.
No obstante, los investigadores coinciden en que es necesario proseguir con los estudios de los efectos de los suplementos multivitamínicos previo al embarazo, por lo que aún no se arriesgan a recomendar su consumo sin previa prescripción médica.
De acuerdo a los resultados obtenidos, la cantidad de partos prematuros, producidos antes de la semana 37, fue de un 4,3% en el grupo de mujeres que tomaba suplementos vitamínicos en contraste con el 5,35% del grupo que no tomaba ninguna clase de vitaminas. Tales diferencias, fueron observadas además en el peso y la talla del bebé. Es decir, que el grupo de madres que tomó multivitaminas fue menos proclive a tener un bebé pequeño conforme a su edad gestacional.
Según lo señalado por los científicos, existían ciertas diferencias entre ambos grupos asociadas especialmente al estilo de vida, como por ejemplo una alimentación inapropiada o el consumo de tabaco. Conforme a ello, el grupo que tuvo peores resultados llevaba una vida menos saludable, lo cual podría dificultar la absorción de alimentos así como favorecer los casos de partos prematuros y el bajo peso al nacer.
De todos modos, a pesar de los resultados positivos que arrojó el estudio, los investigadores todavía no recomiendan tomar complejos multivitamínicos sin prescripción médica debido a que aún se desconocen los efectos que éstos podrían causar en el bebé.

Vitaminas que aporta la leche materna


La leche que la madre da al bebé amamantándolo tiene propiedades insustituibles para la alimentación del recién nacido, además de que le proporciona un momento de intimidad y de contacto esencial para que se produzca esa conexión que ambos necesitan.
La leche materna entre sus componentes tiene vitaminas de distintos tipos que se trasmiten al bebé y le permiten estar protegido de enfermedades e ir creando su sistema inmunológico, que será la barrera que lo ayudará contra los posibles agentes patógenos.
Entres estas vitaminas encontramos la vitamina A,  de característica liposoluble, la que se halla en una proporción mucho mayor que la de la leche madura. Asimismo se encuentra el betacaroteno. Incluso en los bebés prematuros se ha podido comprobar que la leche materna tiene un proporción aún mayor de vitamina A que los bebés nacidos a término, lo que demuestra que el cuerpo adapta su performance a las necesidades específicas del recién nacido.
También se encuentra la vitamina K, la que también está presente en mayor proporción que en la leche de vaca. Después de aproximadamente quince días del nacimiento el bebé comienza a sintetizar esta vitamina.

 

Los recién nacidos que han sido amamantados no corren riesgos con respecto a problemas de hemorragia severas.
Con respecto a la vitamina E, también está presente en mayor proporción que en la leche de vaca. Ayuda a prevenir posibles anemias y el desarrollo sano de los pulmones.
En materia de vitamina D la proporción que está contenida en la leche materna es significativamente superior a la que existe en la leche de vaca: aproximadamente cinco o seis veces más. El recién nacido comienza a producirla por sí mismo si se le expone algunas horas a la semana al sol. Todo esto bajo supervisión del pediatra, que indicará la frecuencia y la forma de esta exposición.
La vitamina C se encuentra en una proporción dos veces mayor en la leche materna que en la leche de vaca.
Del complejo vitamínico B la leche materna tiene todos sus componentes, aunque cuando la madre es vegetariana puede ser que necesite un suplemento de vitamina B12.
Como se puede apreciar la leche materna es rica en vitaminas, todas necesarias para el desarrollo saludable del recién nacido.

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