El tercer mes de embarazo

Al cumplir el tercer mes de embarazo, tras haber ya casi superado la etapa de las náuseas y los vómitos, el embrión se convierte en feto. Es el momento de realizar la primera ecografía, a través de la cual es posible determinar la fecha de la concepción y localizar si existen o no malformaciones en el feto.

Durante el tercer mes de gestación, el bebé triplicará su volumen, llegando a medir doce centímetros y pesar aproximadamente 65 gramos. Además, continúa formándose el esqueleto, funcionan las articulaciones y comienzan a desarrollarse las células nerviosas.

En lo que respecta a los órganos sensoriales, los ojos alcanzan su posición final y se cubren los párpados. La boca se empieza a articular, comienzan a dibujarse los labios y se forman los orificios nasales.

En cuanto a la salud de la mujer, es importante que ésta mantenga hábitos saludables, suprimiendo por completo el consumo de tabaco y alcohol. Si se trata de un embarazo complicado, con amenaza de aborto o parto prematuro, el ginecólogo realizará un seguimiento intensivo de la mujer. A la vez que recomendará guardar reposo y evitar realizar esfuerzos.

Con respecto a la alimentación durante el tercer mes de embarazo, los especialistas aconsejan comer de manera saludable y equilibrada para que el bebé no sufra carencias de nutrientes. Lo ideal es ingerir al menos una fruta y una verdura por comida, cuidando que siempre estén bien lavadas.

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Las mujeres nacidas prematuras tienen más riesgo de presentar complicaciones en su embarazo

Es sabido que la salud de la madre influye de manera directa en el desarrollo de su bebé durante el embarazo. De modo que todo lo que ella sienta o haga, como la actividad física, el ritmo de trabajo, las horas de descanso, la alimentación, etc, inciden en la gestación. Pero recientemente surgió un dato que hasta el momento se desconocía, y es que la gestación puede verse afectada si la madre nació prematura. De hecho, un estudio realizado por científicos canadienses demostró la existencia de una relación entre ambos factores.

Según el estudio desarrollado por la Universidad de Montreal,  las mujeres que nacieron prematuras poseen más chances de presentar complicaciones en el embarazo, tales como hipertensión, diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia o eclampsia. Para ser más concretos, el riesgo de que surjan complicaciones en el embarazo se eleva en aquellas mujeres que nacieron antes de las 32 semanas de gestación.

Los investigadores arribaron a esta conclusión tras analizar aproximadamente a 7.000 mujeres nacidas prematuramente y a poco más de 16.000 mujeres que nacieron a término entre 1976 y 1995 en Québec, Canadá. De acuerdo a lo que pudieron observar los expertos, solamente el 12% de las mujeres nacidas a término sufrieron complicaciones en su embarazo. Mientras que más del 13% de las que nacieron entre las 32 y 36 semanas de gestación y alrededor del 20% de las nacidas previo a la semana 32, presentaron problemas durante su embarazo.

Asimismo, se comprobó que aquellas que nacieron pequeñas para su edad gestacional, independientemente de si fueron prematuras o no, también tuvieron un riesgo mayor de tener efectos negativos durante el embarazo.

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Preocupan los altos niveles de azúcares presentes en las fórmulas lácteas

Tal como lo han alertado profesionales en salud infantil, existen determinadas marcas de leche en polvo que contienen altos niveles de azúcar, lo cual puede perjudicar el desarrollo del bebé. Por ello, es importante saber cuáles son sus efectos negativos antes de alimentar a los niños con esta clase de productos.

De acuerdo a un estudio realizado por la organización El Poder del Consumidor de América Latina, la cantidad de azúcares que contienen las leches de fórmula hace que los niños acaben consumiendo aproximadamente entre  3 y 6 cucharadas diarias de azúcar. Lo cual no es un dato menor, sobre todo si se tiene en cuenta el impacto que esto representa en la lucha por la buena nutrición infantil y el combate contra la obesidad, que es uno de los mayores problemas que afecta a niños de todo el mundo.

Por esa razón, es necesario destacar que la leche materna continúa siendo el mejor alimento para los bebés, especialmente en los primeros seis meses de vida. Sin embargo, cada vez más crece la demanda de productos industrializados para bebés, como es el caso de las fórmulas y alimentos usados para la alimentación complementaria, lo cual es preocupante porque contienen azúcares añadidos.

La raíz del problema reside en que la ruta metabólica de este tipo de alimentos sería radicalmente distinta a la de la leche materna. Teniendo en cuenta esta información, es necesario continuar insistiendo con la lactancia exclusiva pues es el alimento más efectivo y natural para el buen desarrollo del bebé.

Los niños nacidos a término se desarrollan mejor

Las mujeres que se deciden por un parto inducido o una cesárea sin haber completado la totalidad del proceso de embarazo, resulta interesante que conozcan los resultados arrojados por un estudio que fue desarrollado recientemente por especialistas de la Universidad de Michigan (Estados Unidos). Según los profesionales médicos, se considera normal que el parto se desencadene entre las 37 y las 41 semanas de gestación. Sin embargo, los investigadores determinaron que los bebés nacidos entre las 37 y las 38 semanas tienen un desarrollo inferior, que podría conllevar algún retraso u otro problema, respecto a los que nacen en las dos semanas siguientes.
Por este motivo, es necesario tener en cuenta la importancia de un parto a término. Si un embarazo se desarrolla sin problemas ni complicaciones habría que evitar las cesáreas sin motivo, para dejar que la gestación se desarrolle con normalidad y aguardar a que el parto se desencadene naturalmente. De lo contrario, los especialistas consideran que al truncar este proceso, por más que sea por poco tiempo, podrían surgir ciertos riesgos para el bebé.
Para arribar a esta conclusión, los investigadores efectuaron diversas pruebas a un grupo de 1.562 bebés de Chile con una edad promedio de 18 meses. Luego, se ocuparon de cotejar los resultados con las semanas de gestación que habían transcurrido hasta el momento del parto, comprobándose que en todos los casos los niños nacieron a término y con un promedio de peso de 3 kilos. Pero, a la vez, comprobaron a través de una prueba de desarrollo mental un ligero incremento de la puntuación cifrada en 0’8 puntos, por cada semana adicional que los bebés estuvieron en el vientre materno. Situación similar se evidenció en lo relacionado con la psicomotricidad, donde cada semana adicional estaba asociada a un aumento de 1,4 puntos.
Esta información fue dada a conocer, sobre todo, debido a la tendencia en alza entre las madres estadounidenses que optan por el parto inducido, que está tornándose en algo habitual.

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Relacionan el peso del bebé con el cociente intelectual que tendrá en edad escolar

Un equipo de investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia), a través de un estudio realizado recientemente, dio a conocer la existencia de una relación entre el aumento de peso del bebé y el cociente intelectual que tendrá a futuro. Para arribar a dicha conclusión fueron analizados los datos de aproximadamente 13.800 niños nacidos a término. De acuerdo a los resultados obtenidos, aquellos bebés que durante el primer mes de vida experimentaron un aumento de un 40% de su peso, poseen un cociente intelectual que supera en 1,5 puntos respecto a los bebés que aumentaron su peso en un 15%. Vale destacar que la medición del cociente fue realizada a los 6 años de edad.
Al mismo tiempo, se logró constatar que el aumento mayor de la circunferencia de la cabeza está relacionado con un cociente intelectual más alto. En efecto, según  los expertos, la circunferencia de la cabeza indica el volumen cerebral, de modo que un mayor crecimiento de la cabeza es equivalente a un cerebro más desarrollado.
Si bien estudios anteriores han demostrado la existencia de una relación entre el cociente intelectual y la dieta postnatal temprana, esta es la primera investigación que vincula al cociente con el aumento de peso y el tamaño del cráneo. Por esa razón, los autores recomiendan a las embarazadas y a los profesionales médicos en general alimentar de manera adecuada a los recién nacidos para ayudar a que aumenten rápidamente de peso durante los primeros treinta días de vida, ya que así poseerán mayores probabilidades de tener un cociente más elevado.

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Los antidepresivos no afectarían el desarrollo del bebé en el embarazo

En general, las mujeres que están bajo tratamiento psiquiátrico por habérseles diagnosticado depresión, suelen sentir cierta incertidumbre al momento de planificar un embarazo, sobre todo por la inquietud que les genera los efectos que puede llegar a tener la medicación que toman en el bebé. Pero hay buenas noticias al respecto, ya que el Centro Asher para el Estudio y Tratamiento de los Desordenes Depresivos de la Universidad Northwestern, con sede en los Estados Unidos,  comprobó a través de una investigación que el consumo de antidepresivos durante la gestación no entraña ningún riesgo para la madre y su hijo, pues  no influye en el desarrollo de los niños.
De modo que, a pesar que las mujeres continúan preocupándose acerca de cómo puede afectar el tratamiento contra la depresión en el desarrollo del feto en gestación, el consumo de antidepresivos no es un problema real en sí, dado que se demostró que no produce diferencias de tamaño durante el primer año de vida en niños que han sido expuestos a tales medicamentos. Al tiempo que tampoco guardan relación con el bajo peso al nacer y los partos prematuros.
Para arribar a esta afirmación, los investigadores realizaron el seguimiento de un grupo conformado por 77 mujeres, embarazadas y con cuadros de depresión, de las cuales 46 estaban bajo tratamiento y el resto no. Tras medir y pesar a los hijos de estas mujeres en cuatro oportunidades distintas durante su primer año de vida, se comprobó que el 20% de las mujeres que se encontraban en tratamiento tuvieron bebés un poco prematuros. Sin embargo, en el 10% de las mujeres que no tomaban antidepresivos no se registraron diferencias ni problemas en el crecimiento de sus hijos.

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Efectos negativos de la comida chatarra en el embarazo

El cuidado de la alimentación durante el embarazo es fundamental, pues de ello depende  el desarrollo de su bebé en gestación. Comer en exceso comida chatarra durante ese periodo puede hacer que los niños desarrollen una adicción a futuro de esos alimentos, que no son nada sanos dado a que no nutren el organismo.
La comida chatarra durante el embarazo posee efectos negativos para la madre y para el bebé debido a la cantidad deficiente de nutrientes que ofrece. Se trata de alimentos ricos en grasas y calorías que fomentan la obesidad, lo cual puede conllevar que la mujer quede con exceso de peso, así como riesgo de sobrepeso en el bebé durante sus primeros años de vida,  que puede intensificarse a medida que vaya creciendo.
El exceso de peso e incluso la obesidad en el embarazo puede traer aparejado diversas complicaciones, nocivas tanto para la madre como para su hijo, como pueden ser  hipertensión, diabetes gestacional, síndrome metabólico, preeclampsia, partos prematuros o nacimientos de bebés de mucho peso, con una fuerte tendencia a presentar defectos congénitos.
A pesar de la magnitud de estos datos, muchas embarazadas no son del todo concientes acerca de los riesgos que pueden conllevar para la salud mantener malos hábitos alimenticios.
Un bebé mostrará una mejor aceptación  de los alimentos que haya consumido la madre a lo largo de la gestación. Por consiguiente, si la madre acostumbra comer alimentos sanos, como frutas y verduras, después el niño los aceptará porque de algún modo se haya familiarizado con ellos desde el vientre materno. En cambio, si la embarazada comió en exceso comida chatarra, lógicamente el bebé se mostrará reticente a consumir vegetales.

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Las caricias maternas podrían revertir los efectos del estrés en el embarazo

Durante el embarazo, el feto percibe todas las emociones de su madre, pues el organismo de la mujer responde a ellas liberando hormonas que le llegan por medio de la placenta al bebé. Situación que puede provocar ciertas alteraciones en el desarrollo del bebé en gestación.
Sin embargo, un estudio realizado recientemente por investigadores británicos ha revelado que podría llegar a revertirse dicho efecto debido a que el mismo desaparece cuando la madre le propina caricias al recién nacido. Por eso, los especialistas aseguran que las caricias que la madre le hace a su hijo durante las primeras semanas de vida son muy importantes.
Cuando la mujer sufre en el embarazo de un alto grado de estrés, éste afecta por igual a la madre y al bebé, pudiendo llegar a modificar el tipo de respuesta que tendrá el niño a futuro ante situaciones de estrés.
Asimismo, el estrés en el embarazo puede hacer que los niños puedan sentir más temor o enojo frente a situaciones que no son capaces de controlar. Al llegar a la adolescencia e incluso a la adultez, pueden presentar problemas de conducta y trastornos de ansiedad.
En la investigación, denominada Estudio Wirral sobre Salud y Desarrollo Infantil, los expertos pudieron observar que la relación existente entre los síntomas de estrés y depresión en el embarazo y las emociones futuras de los niños puede variar de acuerdo  a la frecuencia con que los bebés fueron acariciados por sus madres durante sus primeras semanas de vida en zonas como piernas, brazos, cabeza y espalda.

¿Se pueden usar tintes durante el embarazo?

Estar embarazada no implica tener que dejar a un lado la estética, sino todo lo contrario.  Durante mucho tiempo, los profesionales médicos prohibían el uso de tintes durante el embarazo por el gran porcentaje de químicos que son empleados para su elaboración. Actualmente, hay disponibles en el mercado diversos productos hechos a base de ingredientes naturales, permitiéndoles a las embarazadas renovar su imagen cuando lo deseen sin que ello implique daños a sus bebés.

El principal motivo por el que los tintes no son aconsejados por los médicos durante el embarazo reside en que gran parte de los productos contienen dos sustancias peligrosas: formalina y amoníaco. El empleo de dichas sustancias se ha reducido con los años, no obstante todavía muchas empresas cosmetológicas las continúan usando  en sus tinturas y productos para el cabello. El organismo de la mujer absorbe la formalina y el amoníaco, por lo que aún en pequeñas cantidades tales sustancias pueden ser perjudiciales para el feto. Esta es la razón por la cual los expertos prohibían el uso tintes en el primer trimestre de gestación, ya que es el momento en el que el niño empieza a desarrollarse.

Entre los principales inconvenientes que acarrean el uso de los tintes durante el embarazo se encuentran los cambios hormonales, los cuales pueden ocasionar alergias poco comunes.

Por fortuna, hay un método muy sencillo para poder identificar reacciones adversas y disminuir las posibilidades de afectar la salud. Para poder determinar si el organismo reacciona desfavorablemente a los tintes, sólo es necesario aplicar una pequeña cantidad en alguna parte del cuerpo poco visible y aguardar unas 24 horas. Si al cabo de ese lapso de tiempo no se ha producido ningún síntoma de alergia, puede utilizarse con seguridad el producto.

Aquellas mujeres que no se quieran exponer de manera innecesaria a ningún riesgo durante el embarazo, pueden optar por productos naturales como la henna, que básicamente es un tinte temporal. Esta sustancia no penetra en el cuero cabelludo, aunque es bueno saber que dura menos tiempo que las tintes.

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Los bebés aprenden más cuando están sentados

Desde el preciso momento de su nacimiento los bebés empiezan a incorporar conocimientos y a aprender a descubrir a su modo el mundo que los rodea, desde formas, colores y sensaciones, hasta aromas. De esa manera, consiguen desarrollarse mejor.

Con el propósito de conocer la manera en la cual los bebés interpretan su entorno, diversas universidades realizaron una investigación, de la cual se desprende que los pequeños cuando están sentados aprenden más pues la postura está relacionada con la facilidad de aprendizaje, el desarrollo cognitivo y la aprehensión de conocimientos.

Este estudio, que supone un avance en el descubrimiento del mundo infantil, señala que la postura que adoptan los bebés mientras aprenden y observan el entorno posee un rol clave en su capacidad mental y en su desarrollo cognitivo.

Los investigadores de las universidades de Dakota del Norte, Texas A & M. y Fargo, indican que lo mejor es que el bebé esté sentado puesto que de ese modo aprende más. La razón reside en que la facilidad que poseen los niños para sentarse por sus propios medios repercute directamente en la capacidad de los pequeños para incorporar nuevos conocimientos.

Además, los expertos han logrado descubrir que aquellos niños que no se pueden sentar por si mismos aprenden al mismo ritmo que aquellos que lo pueden hacer solos.

Para la investigación se llevaron a cabo dos experimentos con bebés pequeños, llegando a comprobar que, entre los cinco meses y medio y los seis meses y medio de vida, los bebés no utilizan todavía patrones para identificar los objetos por si mismos, sino que sólo lo empiezan a hacer desde el medio año de vida.

En el momento en que los niños se pueden sentar solos y sin apoyo es cuando crece la capacidad de aprender de los objetos pues como el niño ya no tiene que preocuparse en mantener el equilibrio puede concentrar por completo su atención en explorar los objetos que lo rodean, así como las cosas que observa, los sonidos que oye y lo que le dicen.

Una buena estrategia para ayudar a los niños en su proceso de aprendizaje es sentarlos en sitios cómodos y seguros para que aprendan a mantenerse solos. Así, pueden desarrollarse mejor con los procesos de aprendizaje mediante los objetos, en especial cuando se trata de niños con retrasos cognitivos.