Los niños que van a la guardería están más expuestos a las infecciones

Los niños menores de dos años que concurren a la guardería corren más riesgo de contraer infecciones, tales como neumonía, otitis, etc. Al menos así lo demuestra un estudio de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), el cual fue publicado el pasado mes de julio.

La investigación demuestra que los niños que van a la guardería no sólo consumen más medicamentos sino que incluso comienzan a necesitarlos más frecuentemente. En el caso de los pequeños menores de un año de vida, tienen 2,5 más posibilidades de necesitar recibir corticoides inhalados.

De todos modos, esto no significa que los niños menores de 2 años no deban asistir a la guardería, ya que los especialistas aseveran que la exposición a determinados gérmenes puede resultar positiva, en especial para la estimulación del el sistema inmunológico pues lo vuelve capaz de reaccionar ante el ataque de los mismos microorganismos patógenos a futuro. Además, es necesario tener en cuenta que las condiciones higiénicas son de suma importancia, sin embargo la higiene excesiva es tan o más contraproducente que la deficiencia de la misma.

Vale recordar que este tema fue tratado hace un tiempo en el XXXVII Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP). Durante dicho encuentro, se hizo especial hincapié en que la sobreprotección de los bebés para evitar que contraigan virus y bacterias afecta negativamente el desarrollo del sistema inmunológico, a la vez que aumenta el riesgo de que los pequeños sufran alergias.

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Novedosa prueba permite detectar trastornos genéticos del feto

Hay una nueva prueba que permite determinar durante el embarazo la salud genética del bebé en gestación, a través del cual es posible detectar posibles casos de síndrome de Down, Klinefelter y de Turner , entre otro tipo de enfermedades.
Dicha prueba molecular, denominada Diagnóstico Genético de Células Fetales, fue desarrollada por especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, con el propósito de poder conocer el estado de salud del pequeño desde la semana ocho de gestación.
Este novedoso sistema, a la vez, permite conocer el sexo del bebé un mes antes que con el ultrasonido. Pero fundamentalmente ayuda tanto a la familia como a los profesionales médicos a identificar si se esperan un bebé especial, para que puedan prepararse para su llegada y, sobre todo, prever posibles complicaciones.
Mediante una técnica de biología molecular, la prueba permite obtener un panorama global de los 46 cromosomas que conforman el genoma humano. Así, puede detectarse la existencia de un posible riesgo de aborto, así como enfermedades y malformaciones congénitas del feto en gestación, con un acierto del 95%.
Esta prueba está recomendada para las embarazadas con más de 35 años de edad e incluso para aquellas mujeres que hayan estado expuestas a algún tóxico o fármaco muy agresivo. También, se recomienda a mujeres que posean miembros de su familia con alteraciones genéticas.

No todas las madres pueden amamantar a sus bebés

Es de público conocimiento que la lactancia materna, por diferentes motivos, es lo mejor que existe para alimentar al recién nacido. Pero en algunos casos, los médicos no aconsejan  la alimentación con leche de la madre.
Algunos de los ejemplos por los cuales las mujeres no deben amamantar a sus hijos son cuando la madre es portadora de enfermedades contagiosas como el VIH, cuando se produce muerte fetal o en aquellas mujeres que toman una medicación que sea perjudicial para la salud del recién nacido. También, la lactancia está desaconsejada en caso que la madre fume, sea adicta a las drogas o al alcohol, padezca alguna enfermedad muscual o miastenia grave.
Para estos casos existen distintas pastillas que inhiben por completo la lactancia en aproximadamente una semana. Mediante estas medicinas que disminuyen la producción de leche es posible evitar que a la madre se le inflamen los senos o sienta dolor. Incluso, hay mujeres que les solicitan a su médico que le indiquen este tipo de pastillas porque no desean darle el pecho a sus bebés por una cuestión estética.
Siempre es fundamental consultar con el médico, porque puede que no haya que prohibir la lactancia, sino sólo disminuirla, pues éste proceso tan natural es necesario para que las mujeres no sufran mastitis, infección que se produce cuando se inflaman los conductos mamarios.
Las mujeres que retornan a su trabajo tras haber concluido la licencia por maternidad o las que optan por el destete, son otros de los grupos que suelen apelar a la medicación para inhibir la lactancia.
En todos los casos, hay que tener en cuenta que este tipo de remedios pueden acarrear algunas complicaciones,como la posibilidad de sufrir mareos, náuseas, secreción de leche, intenso dolor en las glándulas mamarias y posible infección en las mamas.

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La fiebre ayudaría en el proceso de recuperación a los niños

Según la teoría de una pediatra estadounidense, la fiebre ocasionada por determinadas  enfermedades,  si son correctamente controladas y no son peligrosas, ayudan a los niños afectados a recuperarse.

Se considera fiebre cuando la temperatura corporal sobrepasa los 37,5º, por lo que los padres deben permanecer atentos puesto que puede estar indicando una enfermedad. Si la temperatura del niño es mayor a los 40º es importante concurrir inmediatamente a un centro de salud para su asistencia.

Durante la etapa de la infancia, las fiebres altas son muy habituales a causa de diversas enfermedades, pero al parecer les serviría de ayuda para recuperarse, mediante sensaciones de fatiga que lo inducirían a descansar y dormir más, lo cual resulta clave para que  la enfermedad pase y los remedios hagan efecto.

Ante la fiebre elevada de los pequeños, los padres se preocupan y consultan con el médico para poder bajar la temperatura, porque la consideran peligrosa. Pero, según parece, lo que buena parte de los padres no logran darse cuenta es que muchas veces la fiebre no es negativa para el niño, sino todo lo contrario pues lo ayuda a quedarse en la cama, agilizando de ese modo la recuperación, sobre todo en aquellos casos de enfermedades virales. Incluso, estudios anteriores ya daban cuenta de que no hay que combatir la fiebre porque los remedios que se emplean para bajar la temperatura en ocasiones extienden el proceso de recuperación.

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Primeras enfermedades del bebé

Desde el cuarto mes de vida, el bebé puede comenzar a sufrir algunas enfermedades, puesto que los anticuerpos que la mamá le ha traspasado por medio de la placenta se fueron agotando. Aunque los bebés alimentados con leche materna se encuentran protegidos por más tiempo.
No debes dudar en consultar al pediatra en caso que tu bebé pierda peso, ya que ésta es una de las señales más comunes de enfermedad en el bebé.
A partir del cuarto mes, el bebé empieza a entrar en contacto con los objetos: agarrándolos, chupándolos y arrojándolos al piso. De modo que está más expuesto a gérmenes y bacterias y puede empezar a enfermarse.
Si incluso hay más niños en el hogar, lo más seguro es que el bebé contraiga las mismas enfermedades que sus hermanos. En la mayor parte de los casos, el sistema inmunológico del bebé se encuentra preparado para dar respuesta a una gran cantidad de agentes infecciosos, de manera que muchos trastornos desaparecen sin necesidad de ser tratados. Lo bueno es que, de a poco, el pequeño irá construyendo su propio sistema de defensas.
En caso que el bebé concurra a una guardería desde edades tempranas, lo más conveniente es asegurarse de que la cantidad de cuidadores sea la adecuada para que cada bebé reciba la atención necesaria y para que no haya un gran hacinamiento de niños, lo que favorece en muchos casos la proliferación de enfermedades.
De todas formas, no siempre resulta sencillo saber cuándo el bebé está enfermo o qué le duele cuando llora de manera persistente, pero existen determinadas señales que nos pueden indicar que algo está sucediendo, como languidez, palidez, presencia de ojeras, irritabilidad, llanto incesante y falta de apetito. En ese caso, los padres deben consultar con el pediatra.
Ciertas enfermedades, como por ejemplo las pulmonares o las renales, son complicadas de detectar, ya que el único síntoma que se puede observar es la pérdida de peso. El bebé, además puede bajar de peso a causa de trastornos digestivos o alergias alimentarias.

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Efectos del yogur bajo en grasas en el embarazo

Muchas mujeres, durante el embarazo, procuran cuidar la línea para intentar engordar lo menos posible, preocupándose por conservar una imagen similar a la de antes de la gestación. Esto es lo que lleva a algunas madres a ingerir alimentos bajos en grasa durante el embarazo. En relación a esto, un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH) ha determinado que esta práctica, sobre todo  en el caso de los yogures con contenido reducido en grasas, podría aumentar el riesgo de que el futuro bebé padezca rinitis alérgica o asma.
El objetivo del estudio residía básicamente en determinar si los ácidos grasos, que están presentes tanto en la leche como en los productos lácteos, podían servir para prevenir que los bebés no desarrollen estos problemas y otras afecciones de carácter alérgico. Para ello, se llevó a cabo un análisis de los productos lácteos que ingirieron las mujeres embarazadas que participaron del estudio. Además, posteriormente se realizó un seguimiento a los bebés para precisar la cantidad de casos en los cuales se desarrollaba rinitis o asma infantil. De este modo, los resultados han revelado que la leche no tenía relación alguna, lo que sí ocurría con la ingesta de yogures bajos en grasa durante la gestación.
Según el estudio, en comparación con las madres que consumían yogures enteros, la ingesta de yogures reducidos en calorías aumentaba en 1,6 veces las posibilidades de que los bebés sufrieran alguna de las enfermedades mencionadas cuando llegaran a la edad de 7 años. Los investigadores llegaron a la conclusión de que ciertos componentes no grasos de los yogures pueden desempeñar un esencial en el incremento del riesgo.
Éste representa el primer estudio que se realiza buscando la relación del consumo de esta clase de yogures con las enfermedades de los futuros bebés. De todos modos, la hipótesis de esta investigación no es del todo concluyente, por lo que  los expertos han indicado que será necesario efectuar nuevos estudios enfocándose en otras líneas de investigación, como por ejemplo el tipo de dieta y hábitos alimentarios, seguimiento del consumo de ciertos alimentos con y sin grasa, por mencionar sólo algunas.
Los extremos nunca son buenos, por lo que un término medio es lo más conveniente. De manera que una dieta saludable y equilibrada, sería lo más adecuado para asegurar que los futuros bebés puedan desarrollarse de forma adecuada, contando con todos los nutrientes para ello y, por consiguiente, disminuir el riesgo de sufrir ciertas enfermedades y alergias.
Si tienes alguna duda al respecto, lo mejor es consultar con tu médico para que te recomiende la dieta más conveniente, la cual irá a depender siempre de las condiciones físicas de cada mujer.

Factores que influyen en el ritmo de crecimiento de los niños

El crecimiento de bebés y niños constituye una de las cuestiones que más nos desvelan a los padres, sobre todo durante los primeros años. Una alimentación sana y equilibrada es fundamental para el adecuado crecimiento de los niños. Incluso, el sueño es otro de los factores que ejerce su influencia, de manera notable, en el desarrollo de nuestros hijos. También, la genética y la presencia de algunas enfermedades pueden ser determinantes en cuanto al ritmo de crecimiento.
La mayoría de los padres solemos preocuparnos sobre cómo crecen nuestros hijos,  y realizándonos planteos del tipo: ¿estará creciendo correctamente?, ¿se alimenta bien?, ¿su peso es el adecuado?
Hay una serie de factores que determinan el ritmo de crecimiento de los niños, como por ejemplo la herencia genética, la alimentación y el sueño, así como las enfermedades que puedan contraer durante sus primeros años de vida.
En este orden, la cuestión genética  es importante ya que los genes inciden en nuestro peso y talla. Por lo que si los padres son altos, es muy probable que el bebé también lo sea.
Con respecto a la alimentación, ésta también posee un papel relevante en el crecimiento de los bebés. Tanto la leche materna como la de fórmula aportan todos los nutrientes necesarios para el desarrollo y crecimiento adecuado de nuestros hijos. Lo realmente importante es que se debe comprobar que el bebé aumenta de peso con regularidad.
En tanto que en los niños más grandes, una alimentación saludable y equilibrada también es fundamental para su desarrollo físico e intelectual.
Por su parte, el sueño desempeña una función reparadora en los bebés, debido a que durante el mismo el organismo segrega la hormona de crecimiento. Por lo que resulta sumamente importante respetar sus horarios de sueño.
Cabe aclarar que existen graves enfermedades, como la celiaca,  que pueden retardar el proceso de crecimiento del bebé.
Teniendo en cuenta ello, es indispensable que ante la menor duda acerca del crecimiento de nuestros niños consultemos con el pediatra, quien sabrá detectar cualquier tipo de anomalía y encarar, así, el tratamiento correspondiente.

Lactancia Materna segura, después del Cáncer de mamas

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En un estudio que se presentó en el Congreso anual que realiza la Sociedad de Oncología Médica se aseguró que es completamente segura la lactancia materna luego de un tratamiento de cáncer de mamas.

Al contrario de la que se creía hasta ahora, que la lactancia materna traía alteraciones en las hormonas y que llevaba a una recaída de las personas que sufrían esta enfermedad, se descubrió mediante el estudio realizado a unas 20 mujeres que después de completar el tratamiento, tuvieron un bebe.

Se pudo comprobar que la práctica de la lactancia materna no implica ningún riesgo para ninguno de los dos, ni la mamá, ni al bebé. Lo aseguró Hatem Azim, uno de los  autores  de dicha investigación. 

De las 20 mujeres, la mitad le proporcionó el pecho a sus bebes, y luego de cuatro años se conoció que solo dos mujeres tuvieron recaídas, perteneciendo una a cada grupo.

Por suerte seguimos dándoles a conocer fundamentos científicos por los cuales podemos asegurar que amamantar es la mejor opción que tiene una madre para alimentar a su bebe, y que son muy pocas las ocasiónes en que las madres no puedan hacerlo.

Gracias a este estudio podemos conocer que se puede amamantar luego de un tratamiento de cáncer de mamas.

Lactancia y la diabetes en las mamás

lactancia y diabetes

Según un estudio realizado en Pennsylvania las madres que no alimentan a sus bebes por lo menos durante un mes a sus hijos, tiene más posibilidades de desarrollar diabetes de tipo 2 a lo largo de su vida.

Eleanor Schwarz, de la University of Pittsburgh, comentó al respecto:

«Lo que nos sorprendió fue el beneficio muy alto en las mujeres que optaban por la lactancia durante apenas un mes después del parto «

Este tipo de diabetes es el más común, se analizaron 2233 mujeres con edades que varian de los 40 a lo 78 años, clasificadas en tres grandes grupos, 405 mujeres sin hijos, 703 con hijos pero no eligieron amamantar y 1125 mujeres que dieron leche materna a sus hijos.

El resultado fue que el 26.7 por ciento de las madres que no amamantaron a sus hijos desarrollo la enfermedad. La doctora continua diciendo:

 «destacan la importancia que tiene la lactancia para la salud materna después de cada parto».

El porque del desarrollo de la enfermedad en este tipo de mujeres se desconoce por el momento, pero según los estudios realizados en animales parece que la glándula mamaria, afectaría sobre la sensibilidad a la insulina.

 Por ello siempre se asegura que «La lactancia es parte del proceso normal de recuperación»

Cuatro consejos para pezones agrietados

 

 

 

pezones agrietados

Como primer medida para los pezones agrietados, verifica en que posición amamantas a tu bebé, que el este prendido correctamente a tu pecho, y busca una posición en la que sientas menos dolor. Si el area afectada es el pezón puede deberse a una fricción de este dentro de la boca del bebé. En cambio si está agrietada el contorno del pezón, la areola, puede llegar a deberse a que se prente solamente del pezón. En estos casos ayudate con el dedo para colocar todo el pezón dentro de la boca.

En caso de que se uno solo de los pezones el que este agrietado, deberás darle con más fecuencia de la mama sana, pero jamas dejes de amamantar del pezón agrietado por completo, como ayuda puedo aconsejarte airear la zona durante 15 minutos, y cambiar las almohadillas más frecuentemente que de lo que acostumbras.

El mejor lubricante para los pezones agrietados es la leche materna, evita compar cualquier tipo de crema que promete soluciones mágicas.

Y el último consejo seria que utilices ropa de 100 % algodón, y no con fibras sintéticas, para las alnohadillas, sostenes, camisetas o pijamas. Las prendas de algodón, permiten que tus pezones y tu piel respire  y de esa forma ayuda a que las grietas comiencen a sanar.