El tiempo que pasa cada bebé, entre toma y toma es diferente, en cada niño y en cada madre y, también, debemos tener en cuenta que es diferente en cada toma, momento del día o edad del pequeño. No podemos pensar que va ase lo mismo durante los primeros días de su vida o cuando el bebé ha cumplido los seis meses de vida. La leche de inicio es mucho más aguada por que contiene más proteínas y azúcares. La leche del final de la toma es mucho más calórica, más espesa, por que su concentración en grasas y vitaminas es mucho mayor. Por tanto, en resumen, no podemos crear nuestras reglas fijas sobre el número de tomas, el tiempo de las mismas. Los especialistas recomiendan ofrecer el pecho “a demanda”. Debemos tener en cuenta que, en ocasiones, el niño puede tardar, tan sólo, 15 minutos en pedir una toma y, en otras ocasiones, puede tardar hasta 4 horas. Y, no es aconsejable que tanto la madre, como las personas que están a su alrededor, limiten la duración de cada toma, el bebé es el que debe marcarlas hasta el momento en el que esté totalmente satisfecho y, para ello, es muy importante que llegue al final de la toma. Lo mejor es que el pequeño se suelte, de forma espontánea del pecho.