Todas las personas desde que nacen hasta que alcanzan la vejez, pasan por fases comunes de crecimiento que dependen específicamente de la genética del cuerpo y su desarrollo.
Conocer estas etapas, es sumamente importante tanto para un profesional como para los propios padres ya que son de gran utilidad para la detección temprana de cualquier enfermedad, sea congénita o no, que pueda afectar la salud del niño.
Después de las dos primeras semanas y al final de la cuarta, el bebé tiene que ser capaz de levantar su cabeza mientras permanece acostado con su barriga hacia abajo. Además, puede centrar su mirada en un objeto y seguir el movimiento del mismo.
Al mismo tiempo, entre los dos y tres meses de edad, el bebé debe ser capaz de mantener su cabeza erguida cuando se lo pone de pie y llegar a mantenerla completamente. En esta misma etapa, sabrá sonreír, reaccionar ante sonidos, vocalizar de manera espontánea o recíproca, así como sostener un objeto pequeño con su mano y será capaz de distinguir a los padres de otro grupo de personas.
Entre los cuatro y cinco meses, un niño puede sostenerse en sus manos cuando es colocado boca abajo, mientras que su cabeza se mantiene firme ya sea en esta misma posición como sentado. En esta etapa, comienza a jugar con sus manos, al tiempo que las mantiene en posición de aplaudir, y aprende a rodar para darse vuelta estando acostado. Empieza a sonreír y a seguir con los ojos el movimiento de objetos en un radio de 180°.
A partir del sexto mes, un bebé debe ser absolutamente capaz de rotar sobre su eje corporal para poder voltearse mientras está acostado. Asimismo, sabe sentarse con firmeza, traspasar objetos de una mano a la otra, sostener el biberón con sus manos el biberón, y jugar con sus extremidades.
A grandes rasgos, hasta aquí hemos mencionado como será la vida del niño durante sus primeros seis meses de vida. De todas maneras, para determinar si su desarrollo es correcto es preciso visitar a su pediatra.
Más adelante, cuando el niño cumpla los nueve meses, el pequeño podrá sentarse correctamente y trasladarse gateando. A su vez, lanzará objetos con cualquiera de las dos manos y sufrirá un marcado aumento de las expresiones.
Por último, al cumplir los doce meses de vida, el niño intentará la bipedestación con mayor frecuencia hasta lograr dar unos pequeños pasos.
También, tendrá la capacidad de comprender el concepto de relación entre objeto y permanencia, por lo que tenderá a buscar un objeto caído o escondido.