Gracias a una investigación reciente llevada a cabo por expertos de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido, hoy podemos conocer que los bebés de apenas dos o tres meses de vida saben cuando su madre va a recogerlo de la cuna y abrazarlo, motivo por el cual adoptan cierta rigidez para prepararse para ello. En efecto, este comportamiento evidencia dicho mecanismo que contrarresta el efecto desestabilizador de ser recogido.
La primera etapa de la investigación fue realizada con 18 bebés de tres meses, mientras que la segunda se hizo con 10 bebés de entre 2 y 4 meses de edad. Los resultados reflejaron que el mecanismo ya estaba desarrollado a los dos meses de vida, sobre todo cuando el bebé miraba a la madre y, al mismo tiempo, observaban sus manos al estirarse hacia ellos.
Si bien la prueba fue realizada con bebés de dos meses, los investigadores consideran que es probable que este mecanismo se desarrolle en los pequeños pocos días después de su nacimiento. Por eso, los expertos no descartan la posibilidad de repetir la prueba pero con bebés de solamente unas semanas de vida.
Según los especialistas, estos resultados dan cuenta de la necesidad de replantear la manera en la que es estudiado el desarrollo infantil, en especial tras descubrir que los bebés pueden comprender las acciones de otras personas que van dirigidas hacia ellos.
Además, dicho mecanismo, por el cual los bebés saben cuando sus madres están por abrazarlos y adoptan cierta rigidez, podría utilizarse como un método de diagnóstico para la detección de determinados problemas de desarrollo, como puede ser el autismo.
Por otro lado, se logró detectar la existencia de una evolución, pues los bebés van mejorando la coordinación de sus movimientos, tornándolos más suaves y menos rígidos, a medida que transcurre el tiempo.