La hipogalactia es un problema glandular que ocasiona la baja producción de leche materna y que puede originarse por diferentes razones.
La baja producción de leche materna puede producirse por una alteración de la glándula tiroides. Motivo por el cual las madres que han tenido problemas de tiroides, tanto antes como durante la gestación, deben someterse a un control de los niveles hormonales, pues ellos podrían ser la causa de la reducción en la producción de leche. De comprobarse la existencia de una alteración hormonal, la misma puede normalizarse con medicación.
Por su parte, también pueden ver limitada la producción de leche aquellas mujeres con síndrome de ovario poliquístico, problema que es tratado con fármacos durante el embarazo y al comienzo de la etapa de lactancia.
En general, la mayor parte de las mujeres pueden amamantar a sus hijos, excepto las que sufren agalactia, que básicamente consiste en una ausencia total de producción de leche materna vinculada al síndrome de Sheehan o infarto de la glándula pituitaria ocasionado por una hemorragia previa o posterior al parto. En esos casos, el tratamiento es un tanto complejo.
Otro de los problemas que afectan a la producción de leche materna es el peso, ya se trate por exceso o por delgadez extrema. Por ejemplo, la anorexia limita la producción dado a que puede llegar a reducir de manera significativa el volumen de tejido mamario. En el caso de las mujeres con obesidad mórbida, éstas suelen tener un retraso en la producción de leche superior a las 24-48 horas habituales.
Otros de los factores que pueden paralizar la producción de leche materna son la retención de la placenta, que se soluciona al eliminar los restos que hayan quedado en el útero, o la hipoplasia mamaria, que se da cuando los pechos no se han desarrollado.