Según un estudio llevado a cabo por la revista Nutritional Neuroscience, la leche materna tiene unos niveles distintos de núcleotidos -muy importantes para la regulación del sueño del bebé- cuyo porcentaje va a ir variando, dependiendo del momento del día en el que estamos. La máxima concentración de nucleótidos es durante la noche, por esto se piensa que la leche podría ser un inductor del sueño del pequeño: “La leche tiene una composición que es propia del día y promueven la actividad del lactante, y otros propios de la noche que facilitan su reposo”, por tanto sería un error sacarse la leche por el día, y dársela por la noche, por que estaríamos excitando al bebé. Además, con la leche materna se logra cubrir las necesidades fisiológicas del niño, además de protegerle de catarros, diarreas o del temido síndrome de muerte súbita del lactante y previene de enfermedades como son el asma, la alergia o la obesidad y hace que se desarrolle mejor la intelectualidad del mismo.
La leche materna debería ser tomada a la misma hora, a la que fue extraída
Según un estudio llevado a cabo por la revista Nutritional Neuroscience, la leche materna tiene unos niveles distintos de núcleotidos -muy importantes para la regulación del sueño del bebé- cuyo porcentaje va a ir variando, dependiendo del momento del día en el que estamos. La máxima concentración de nucleótidos es durante la noche, por esto se piensa que la leche podría ser un inductor del sueño del pequeño: “La leche tiene una composición que es propia del día y promueven la actividad del lactante, y otros propios de la noche que facilitan su reposo”, por tanto sería un error sacarse la leche por el día, y dársela por la noche, por que estaríamos excitando al bebé. Además, con la leche materna se logra cubrir las necesidades fisiológicas del niño, además de protegerle de catarros, diarreas o del temido síndrome de muerte súbita del lactante y previene de enfermedades como son el asma, la alergia o la obesidad y hace que se desarrolle mejor la intelectualidad del mismo.