Ana Casas Broda retrata, a través de 112 imágenes, todos los aspectos de la maternidad. Partiendo de la fecundación, pasando por el nacimiento y terminando en los lazos que se desarrollan con los hijos. Amor, miedo, deseos, alegrías y tristezas, una mezcla de sensaciones que llegan de forma directa al espectador.
Es parte de su vida personal, por lo que podemos considerarlo una forma de desnudarse ante su público. Las fotografías, tomadas entre 2006 y 2011, están acompañadas por textos con experiencias en primera persona, desde cómo afrontó la separación de sus padres hasta los cinco tratamientos de fertilidad a los que tuvo que someterse para conseguir quedarse embarazada de sus dos hijos, Martín y Lucio.
Historia personal…
Cinco años para retratar emociones y vivencias que Ana Casas Broda ha experimentado en sus carnes. Por eso, no es de extrañar que se muestre a sí misma desnuda en algunas instantáneas, como tratando de desvelar esos mágicos lazos que unen a madre e hijos desde que son concebidos.
El segundo de sus nexos para argumentar esta obra gira en torno a la casa. Ese lugar en el que somos nosotros mismos, donde no nos escondemos, donde nos sentimos seguros y a salvo. Es por eso que los retratos se realizan en ambientes cotidianos, del día a día, para resaltar que las emociones que tratan de transmitirnos no son tan ajenas, sino algo muy cercano que podemos palpar, con solo extender la mano.
Sin embargo, su palabra impresa bajo las propias fotografías de su vida y sus deseos, son esa guinda que endulza del todo el pastel que es Kinderwunsch. Un pedazo de pastel que no deja indiferente y del que quieres más, porque necesitas saber más y más de la historia.
… plagada de antagonismos que son parte de un todo
No en vano, se basa en antagonismos que pueden al principio, descolocarnos: embarazo o infertilidad, deseos y realidades a las que ella misma tuvo que enfrentarse y que llegarán de forma clara a cualquier madre o mujer que se pare a contemplar su trabajo. Una trayectoria profesional que ya cuenta con treinta años a las espaldas como fotógrafa.
Por cierto, que el nombre, Kinderwunsch, hace referencia a la unión alemana de palabras “niño” y “deseo”. Los principales motores que argumentan el discurso de esta muestra, que presenta La Fábrica.