En ocasiones, el miedo a no tener leche es completamente infundado debido a que se basa en “falsas alarmas”, las cuales, en verdad, no indican ningún tipo de problema.
Entre los miedos mas frecuentes podemos encontrar: “Las tomas son muy numerosas, me puedo quedar sin leche”. Esto, en realidad, es normal. Durante las primeras semanas de vida, los recién nacidos precisan comer un promedio de 10 o 12 veces, y a veces más, por día.
Si los intervalos entre las tomas son muy cortos, hay que tener en cuenta que la lactancia no respeta reglas ni horarios preestablecidos, sino que depende de manera directa de los ritmos fisiológicos del bebé. De manera tal que lo normal es realizar tomas frecuentes. También, se debe recordar que los bebés no solamente necesitan el pecho para saciar el hambre y la sed, sino que además necesitan contacto corporal y seguridad.
Por otro lado, en caso que la mamá no presente “pérdidas” de leche entre una toma y otra, vale la pena considerar ésta es una característica personal, la cual no está necesariamente relacionada con la cantidad de alimento que se produce.
Otra de las dudas o inquietudes más comunes es la que expresa que cuando se usa el sacaleches, se obtiene una mínima cantidad de leche, o casi nada. Para aprender a estimular el reflejo de emisión y utilizar un sacaleches para extraer el alimento, se requiere de cierta práctica. El hecho de no lograr extraer la leche no quiere decir que la mamá no produzca la cantidad necesaria para alimentar a su bebé. Para conseguir mantener la producción de leche cuando el bebé no succiona, debe usarse el sacaleches cada un espacio de entre dos o tres horas, y no utilizarlo cada más de un cuarto de hora por vez.