Una de las cuestiones que preocupan a las futuras mamás, en relación al cuidado de su imagen, es la depilación en el embarazo.
Durante el periodo de gestación, los cambios hormonales afectan a la mayoría de los órganos del cuerpo, e incluso a las células cutáneas. De modo que el vello corporal puede verse afectado tanto en cantidad como en calidad.
La principal causante de esta situación es la progesterona. Algunas mujeres perciben un aumento de la cantidad vello, en especial en zonas donde antes había poco o nada, como el vientre, la cara o los brazos. En tanto que otras notan una disminución en ciertas partes del cuerpo, como por ejemplo en las piernas.
No hay porqué preocuparse ya que cualquier alteración se normaliza luego del parto, cuando se estabilizan las hormonas. Mientras tanto, es bueno saber cuáles son los métodos de depilación en el embarazo más inofensivos para el bebé que está en el vientre materno y para la madre.
Las maquinillas de afeitar, constituyen el método de depilación considerado menos agresivo. Para ello, es recomendable apelar al uso de espuma o gel de afeitado para minimizar de esa forma irritaciones. Si bien hay mujeres que descartan dicho sistema, debido a que el vello tiende a crecer más duro, representa una buena opción para quienes poseen menos vello ya que hay que depilarse con menos asiduidad.
Por su parte, los aparatos eléctricos de depilación casera no presentan contraindicaciones en el embarazo, excepto que se tenga una gran sensibilidad al dolor o que genere alguna clase de reacción en la piel.
Mientras que en cuanto a las cremas depilatorias y decolorantes, no se conoce que haya riesgos de contraindicaciones, siempre que se usen, por supuesto, de manera ocasional y en zonas no muy amplias. La cera fría es más conveniente que la cera caliente ya que al ser en frío, no hay problemas con la temperatura aunque el tirón puede llegar a afectar las paredes venosas o causar daños en la piel.
En tanto que la cera caliente no es la mejor opción debido a que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos y la aparición de várices, muy frecuentes en el embarazo. Incluso, la piel suele estar más sensible a sufrir quemaduras o daños con el tirón de la cera.
Algo que definitivamente no puede emplearse durante el periodo de gestación es el láser y fotodepilación porque no existen estudios científicos que comprueben que no causan ningún tipo de daño al feto. Es preferible aguardar hasta después del embarazo para someterse a tales tratamientos.
En definitiva, lo que se recomienda generalmente es espaciar lo más que se pueda el tiempo entre depilaciones, empleando métodos inocuos. Total, es solo por un tiempo.