Aunque no hay nada científico en los métodos de los que vamos a hablar a continuación, son muchas las mujeres que creen que pueden influir, de alguna manera, en el futuro sexo de sus bebés. Hablamos de creencias ancestrales que llegan hasta nuestros días y que, en muchos casos, se utilizan dentro de la medicina alternativa para orientar a las futuras madres.
Todas ellas están basadas en el Método de los doctores Shettles y Rorvik, que se fundamenta en que los espermatozoides Y (niño) son más rápidos, que los X (niñas) pero viven menos tiempo. Por eso, tanto la postura sexual como el periodo del ciclo en el que nos encontremos podría influir en que nuestro bebé sea de uno u otro sexo.
Si hay mayor fertilidad, más posibilidades de varón
Pensemos en primer lugar en el ciclo de ovulación. Si tenemos relaciones sexuales en los días más fértiles para la mujer, el recorrido es menor, puesto que el óvulo se encuentra a la espera de la concepción, por ello, la probabilidad de que el resultado sea un niño es más elevada.
Además, por la rapidez de uno frente a otro, parece también razonable pensar que el cromosoma Y llegaría en primer lugar. Por el contrario, si el óvulo no está esperando al espermatozoide, aumenta el recorrido y por tanto se necesitaría mayor resistencia, de ahí que cuando mantenemos relaciones sexuales los días menos fértiles, sería más probable tener una niña.
Atención también a las posturas sexuales, porque también podrían influir en el sexo de nuestro futuro bebé. Parece que si el hombre se sitúa debajo, el resultado más probable es que sea mujer, ya que los espermatozoides deberían afrontar un camino ascendente, en donde vale más la resistencia que la rapidez.
La estimulación y la relación con el sexo del bebé
Según algunos estudios, es recomendable que la mujer permanezca recostada al menos treinta minutos tras la relación sexual, con el objetivo de favorecer que los espermatozoides lleguen hasta el óvulo.
Además, hay quien asegura que cuando se produce una eyaculación más potente, es más probable que los cromosomas Y lleguen antes al objetivo, ya que son más rápidos y se mueven mejor en el líquido seminal. Por eso, si deseamos tener un varón, sería interesante apostar por el placer del hombre para generar esa explosión de espermatozoides.