Saber volar y dejar volar solos

Cuando una madre tiene su primer bebé siente que es todo su mundo. Cada cosa que le sucede es nueva y aterradora, hasta que aprendemos a volar solos. Es una nueva etapa en la vida de las madres y por eso hay que aprender que, aunque en los primeros momentos estaremos 24 horas al día pendientes de lo que les sucedan, llegará un día en el que tendremos que dejarles.

La vida, en la actualidad, impone a las madres un ritmo de vida frenético, con el trabajo a cuestas y el cuidado del hogar. Es por eso que, muchas sufren depresión al tener que tomar la decisión de regresar a su rutina diaria.

Permitir espacios para ti y para tu bebé, es importante

Dejar al bebé con otra persona no es fácil, aunque esa persona sea de nuestra total confianza, por eso queremos ofrecerles unos consejos para hacer ese momento más sencillo.

– Desde el primer momento acostúmbrese a soltar amarras. Habrá cosas que sólo usted podrá hacer, como madre del pequeño, pero deje a la gente tocar y coger al bebé. Permítase un momento de relax cuando hay más personas a su alrededor y confíe en que no tiene por qué pasar nada malo.

madre y bebe
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– No pase todo el tiempo encerrada en casa. A pesar de que los primeros meses no descanse bien, duerma pocas horas y sienta que su cuerpo quiere tranquilidad, le vendrá bien salir de casa, relacionarse con otras madres en el parque para compartir experiencias y ver a los amigos y familiares para que le hablen de otras cosas. El oxígeno es clave para no perder la cabeza.

– Y, por último, planifique el momento de vuelta a la normalidad. Sepa que es un tiempo de adaptación para todos, pero que la vida continúa con ese nuevo miembro de la familia, y debe hacerlo lo más normal posible para que se integre en su vida. Habrá que cambiar cosas y adaptar ritmos al pequeño de la casa, pero también hacer que él se adapte a nosotros.

La clave: adaptar al bebé a tu ritmo de vida

Los tiempos son importantes para todos. El bebé será el centro de tu vida a partir de ahora y sus horarios de comida, baño y sueño marcarán tus biorritmos en los primeros meses en casa. Sin embargo, de forma progresiva deberás adaptarlos, en la medida de lo posible, a lo que tú necesites y a lo que te haga feliz.