En la actualidad escuchamos mucho hablar de este medicamento extendido en la década de los 60 y que tantas malformaciones ha causado en Europa, Asia y África. Con ello se ha abierto el debate sobre los fármacos que pueden y no pueden tomar las embarazadas, por el efecto que pueden causar en los fetos.
Sin embargo, tranquilidad. Lo cierto es que estos casos nos ponen en alerta y está bien tener cuidado, pero tampoco obsesionarnos demasiado. Lo ideal sería no tener que tomar ningún tipo de fármaco durante la gestación, pero podemos caer enfermas y por ello necesitar algo. No desechemos esa posibilidad ni seamos reticentes a cuidarnos con medicamentos llegado el caso. Como en todo, hay que tratar de actuar con cabeza.
¿Qué es la talidomida? ¿Puedo verme afectada ahora?
Este fármaco, sedante e hipnótico, se introdujo en el mercado mundial en el año 1957. Su objetivo era tratar la ansiedad, el insmnio y las náuseas, por lo que se recetó también a embarazadas. Sobre todo fruto de síntomas que llegaban por la sensibilidad olfativa de las futuras mamás. Al no estar contraindicado, muchos médicos decidieron recetarlo, sin comprobar si podría afectar al bebé.
También hay que tener en cuenta que en aquellos años, la idea era que con la placenta se evitaba que llegara cualquier cosa negativa hasta el feto, por lo que las investigaciones que relacionaban casos de malformaciones con medicamentos, no eran algo a estudiar. Con el tiempo, eso cambió y fue precisamente un estudio en 1962 el que probó de alguna forma la relación entre la talidomida y las malformaciones en extremidades, superiores e inferiores, detectadas en niños nacidos en esas décadas.
¿Sigue en uso en la actualidad?
Sí. La talidomida sigue utilizándose, eso sí con mayor control que el establecido en la década de los sesenta y para unas enfermedades muy concretas. Entre ellas, el mieloma múltiple, un cáncer poco frecuente que afecta a la médula ósea.
También ha tenido su aplicación como somnífero no barbitúrico y como antiinflamatorio, con unos resultados muy positivos. Pero nada que ver con embarazadas. Y es que, esa idea preconcebida de que la placenta protegía de cualquier cosa al feto, ya está retirada y ahora se cuida al máximo esa relación entre fármacos y gestación, para evitar casos como el de la talidomida.
Todo ello nos indica que, a pesar de haber sido la causante de tremendas malformaciones, el medicamento aplicado a determinados casos ha resultado muy beneficioso. Queda por determinar, por la parte penal, si la farmacéutica que lo comercializó, Chemie Grünenthal, es declarada culpable por mal uso del fármaco. Juicio que se está celebrando en la actualidad.