En una encuesta efectuada por la Generalitat de Catalunya, se reveló que el 37,6% de las mujeres fuman en la primera etapa del embarazo, mientras que el 55% abandonan el hábito de fumar durante la gestación.
Llama la atención como aún hoy una gran cantidad de mujeres no son del todo conscientes acerca de la influencia que tiene el fumar durante el embarazo y, las que sí lo son, no son capaces de abandonar el cigarrillo.
De modo que si estás pensando seriamente en comenzar a buscar un hijo, procura antes de la concepción dejar de fumar, pues ambos se verán beneficiados. Y, lo que es más importante, le evitarás al bebé padecer ansiedad a lo largo del proceso de desintoxicación.
Es importante saber que el tabaquismo incrementa los riesgos de sufrir un aborto espontáneo, así como de concebir bebés con retraso de crecimiento intrauterino, parto a pretérmino o de que el niño nazca con un peso inferior al normal. Incluso, hay estudios que relacionan el hábito de fumar en el embarazo con un riesgo mayor de que el bebé posea labio leporino.
Un dato estremecedor: cada vez que calas un cigarrillo, el niño presenta una alteración cardiaca y precisa de 45 minutos para reponerse de ella, luego de que terminas de fumar.
Pero los efectos del cigarrillo en el embarazo no se reduce sólo al nacimiento, sino que a lo largo de su vida el niño corre el riesgo de sufrir alergias y diferentes enfermedades pulmonares, incluyendo asma y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
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