De acuerdo al nuevo manual de Psiquiatría DSM, todos los niños tienen un trastorno mental. Sí, has leído bien. Todo niño que durante más de un año realice al menos tres episodios semanales de irritabilidad, arrebatos y berrinches, se le diagnosticará trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.
El DSM ya creaba polémicas por considerar patológico cualquier conducta humana que exprese emociones que no sean una grata aceptación de lo que ocurra y una sensación de bienestar imperturbable. El nuevo DSM-V se ha convertido en un posible generador de nuevos trastornos psiquiátricos infantiles pues algunos comportamientos comunes en los niños son catalogados como enfermedades mentales.
Al respecto, entre los profesionales de la salud infantil existe una profunda preocupación sobre la medicalización de los niños. La polémica surge porque el diagnóstico sólo se basa en datos acerca del comportamiento infantil, sin ningún basamento en algún análisis médico o en pruebas científicas. En efecto, para diagnosticar el “trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo”, sólo se tomarán en cuenta las declaraciones de los adultos que se encuentran a cargo el niño.
Pero, ¿acaso no son normales las rabietas en los niños? Hasta ahora todo indicaba que sí, en muchos casos pueden deberse a su proceso natural de crecimiento o, en su defecto, a factores médicos o del entorno.
De este modo, a partir de ahora todo niño que durante un año tenga rabietas tres veces por semana podrá ser diagnosticado y medicado por esta patología, por supuesto que solo en los casos en que los padres consultem con un psiquiatra que se muestre acepta la existencia de este trastorno. Sinceramente, increíble. ¡A lo que hemos llegado!