Al igual que muchos otros órganos de nuestro cuerpo, el corazón sufre cambios durante la gestación, el cual posee más trabajo debido a que el torrente sanguíneo que tiene que bombear es mayor al habitual. Dicho trabajo, por lo general es bueno porque es comparable al ritmo que lleva el corazón al hacer ejercicio. Pero en algunos casos el corazón no soporta tal esfuerzo y se puede lesionar.
Uno de los problemas que pueden surgir es el de la miocardiopatía periparto, un trastorno que suele aparecer en la etapa final del embarazo o incluso durante los cinco meses posteriores al parto. El músculo cardíaco se debilita y se ve imposibilitado de bombear sangre al ritmo correcto, lo cual deviene en problemas en los pulmones, el hígado y otros órganos del cuerpo. Generalmente, se manifiesta de manera progresiva a través de edemas en las extremidades o dificultad al respirar.
Es de suma importancia controlar si luego del parto se produce un aumento repentino de peso ya que esto podría estar indicando retención de líquidos. Asimismo, las palpitaciones así como la fatiga, son indicadores también de insuficiencia cardíaca. En caso de que el empeoramiento sea muy rápido, se puede llegar a necesitar un trasplante del corazón.
Si bien se trata de una enfermedad que en algunos casos puede ser fatal, comúnmente con los tratamientos adecuados el corazón se recupera.
La miocardiopatía periparto, se puede presentar en cualquier mujer, aunque les ocurre con mayor frecuencia a las mayores de 30 años y mujeres con varios hijos. A su vez, ocurre con mas frecuencia en embarazos gemelares y en las mujeres que sufren hipertensión arterial.
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