Miembros de la Universidad de Hasselt, en Bélgica, en conjunto con el Centro de Epidemiología Prenatal, realizaron un estudio, cuyos resultados demuestran que desde que rige la prohibición de fumar en público en dicho país se redujeron alrededor de un 6 por ciento los casos de partos prematuros.
Fumar durante la gestación o ser fumadora pasiva, puede provocar que se adelante el parto y que el bebé nazca con bajo peso. A la vez que puede ocasionar infecciones respiratorias, asma o defectos congénitos del corazón, en los pequeños.
En Bélgica, la medida de prohibición de fumar en espacios públicos fue implementada en tres etapas. Primero se prohibió fumar en sitios públicos y ámbitos de trabajo, luego la prohibición se extendió a los restaurantes y, por último, fueron incluidos en esta normativa los bares y locales de venta de comida.
Para la investigación, los expertos analizaron unos 607.000 partos desde el año 2002. En base a ello, lograron determinar que luego de la implementación de cada una de las fases de prohibición de fumar, se redujeron paulatinamente los porcentajes de partos prematuros espontáneos. De manera que, desde que rige la prohibición de fumar en sitios públicos, decrecieron los nacimientos producidos antes de cumplir las 37 semanas de embarazo, así como las consecuencias en la salud y crecimiento del bebé. Sin duda alguna, el tabaco es perjudicial para todas las personas, sobre todo para las embarazadas y recién nacidos. Por lo que la medida adoptada en Bélgica y que también rige en muchos otros países, como España y Argentina, es muy necesaria y beneficiosa para la salud, en especial para las personas más susceptibles al humo del cigarrillo, como las madres gestantes y los niños pequeños.