Viajar durante el embarazo no supone ningún impedimento, siempre y cuando la gestación se desarrolle sin problemas, la futura madre goce de buena salud y, fundamentalmente, la fecha del parto no esté muy cerca.
El segundo trimestre del embarazo, es considerado como la mejor etapa para realizar un viaje, pues es en ese momento cuando las dificultades de implantación ya han sido superadas por el embrión, existe menos riesgo de sufrir un aborto espontáneo y la madre aún se siente cómoda ya que no tiene aún un abdomen muy abultado.
Es importante evitar los viajes largos entre las semana 28 y 34 de gestación, de lo contrario la salud de la embarazada podría verse afectada debido a la presión física y psíquica que implica este tipo de desplazamientos.
A partir de la semana 34 ya no se recomienda viajar, pues el parto se aproxima y uno nunca sabe si éste se puede adelantar o no. En todo caso, será el ginecólogo quien decidirá si conviene o no hacer un viaje en base al estado general de la embarazada.
Lo más conveniente es organizar la salida con tiempo, procurando no realizar esfuerzos, ni levantar maletas o bolsas.
En cuanto a la ropa, es sugerible llevar prendas cómodas, un abrigo por si acaso, zapatos sin tacón y un pequeño bolso de mano. En caso de tratarse de un viaje largo, una almohada es uno de los elementos que no pueden faltar.
En general, las embarazadas son más propensas a marearse al viajar. Por eso, siempre es conveniente llevar un poco de comida, como por ejemplo fruta o galletas. Mientras que para prevenir las náuseas se recomienda comer caramelos.
Con respecto a la elección del medio de transporte es bueno considerar cuántas horas demora en arribar a destino, el nivel de confort, las condiciones de higiene y si permite movilidad. En efecto, aquellas que prioricen la movilidad, optarán seguramente por viajar en tren. Mientras que si lo que se busca es rapidez, no hay quien le gane al avión, además se trata de un medio de transporte muy seguro. Pero en el caso del avión, hay que tener en cuenta que casi todas las compañías aéreas ponen permiten viajar a las mujeres con un embarazo de siete meses o más, excepto que presenten un certificado médico en el cual conste que se encuentran en condiciones de volar y firmen además un documento eximiendo a la compañía de cualquier responsabilidad por si llegara a suscitarse algún problema durante el viaje.
Para los trayectos cortos, nada mejor que recorrerlos en automóvil, claro, siempre que conduzca otra persona.
Otras opciones, aunque menos aconsejables, son el autobús, porque las posibilidades de movimiento que ofrece son reducidas, y el barco, por el mareo que puede producir el vaivén de las olas.
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