Vacaciones con niños: Cómo evitar que acaben en tragedia

Cuando viajamos con niños pequeños debemos tener en cuenta que siguen ritmos diferentes a los nuestros, por mucho que queramos adaptarlos a nosotros, se cansan y se aburren con facilidad, sobre todo, al no estar en su ambiente.

Es por eso que, si queremos disfrutar con ellos y no acabar desquiciados, debemos plantear nuestro tiempo de vacaciones con espacio dedicado a ellos y a sus gustos. Acudir a algún parque de atracciones, dedicarles tiempo en la piscina y evitar extendernos en el tiempo nocturno.

familia con bebe
© Romeo Sparrow – Fotolia.com

Mejor tiempo para viajar con niños

Está claro que el buen tiempo anima a que los pequeños de la casa quieran disfrutar de estar en la calle, en los parques o jugando con el agua. Son meses en los que además, resulta fácil coincidir en el lugar de vacaciones con otros niños, con los que se relacionen y puedan jugar de forma más independiente.

Un impulso para que desarrollen un carácter abierto y extrovertido. Por eso, debemos hacerles sentir seguros a la hora de jugar con otros pequeños que no conozcan demasiado, y tratar de que compartan juguetes y experiencias.

Sin embargo, si optamos por viajar en otoño o invierno, tengamos en cuenta el hecho de que anochece antes y de que quizá no encontremos tantos compañeros de juegos para ellos, por lo que serán unas vacaciones mucho más ligadas al horario de los niños.

La expectativa de un día especial para ellos

Muchos niños sienten ese despego que provoca viajar a un lugar que no conocen, por eso parece recomendable planificar un día en el que sean los protagonistas. Se les puede animar situándolo en medio del planing, para que no tengan que esperar al último día.

El plan, háganlo con ellos. Organicen dónde van a ir, infórmenles para que conozcan las virtudes del lugar al que queremos llevarles y fomenten esa expectativa de forma sana. Una buena forma es que hagan con ellos una cuenta atrás en el calendario o cualquier otro juego para crear en ellos la expectativa.

Pensemos también que, cuanto más crecen más independientes se vuelven. Crean sus grupos de amigos y realizan sus propios planes, por lo que unas vacaciones familiares en ocasiones no resultan tan apetecibles como nosotros querríamos.

Sea como fuere, siempre es bueno que las cosas que hagamos con ellos sean del agrado de todos y que podamos disfrutar en familia, al menos, de unos días juntos.