Hay varias cosas que debemos tener en cuenta al momento de decidirnos por tal o cual chupete. Los hay de una gran variedad de colores, diseños y formas intentando asemejarse al pezón. Es bueno tomar todas las precauciones del caso y evitar cometer errores que, por lo general, se pagan caros debido a los largos y costosos tratamientos de ortodoncia.
Lo primero que debemos considerar es la edad del bebé, ya que no es lo mismo para un bebé recién nacido que para uno de 6 meses de edad. Más allá del tamaño y el estilo que el niño prefiera, es preciso asegurarnos de que el modelo que compramos es robusto, con un escudo lo suficientemente grande para que el bebé no pueda ponerse en la boca todo el chupete pero no tanto como para que le cause molestias.
El escudo es preciso que posea agujeros de ventilación, de ese modo posibilitará la circulación del aire. Si careciera de ellos, la saliva del bebé tenderá a acumularse detrás de la base, ocasionando erupciones o irritación en la piel. Respecto al “cuerpo del chupete” las alternativas más comunes son el látex y los pezones de silicona, siendo estos últimos los más resistentes.
En el caso de los pezones de silicona, éstos poseen como única desventaja que se trata de un material menos suave que el látex. El látex es más flexible, debido a que es más suave, aunque el bebé lo desgasta de forma más rápida. De todas maneras, hay que tener mucho cuidado con el látex ya que muchos niños son alérgicos a dicho material.
Demás está decir que una vez que hallemos el chupete perfecto, es aconsejable comprar algunos extras porque el reemplazo no suele resultar sencillo para algunos bebés.