Durante el primer trimestre del embarazo es muy común que las mujeres sientan cierta fatiga, la cual suele regresar un tiempo antes de dar a luz. Sin embargo, también es común que suceda que algunas mujeres se sientan cansadas durante toda la gestación o bien nunca lleguen a experimentar nada por el estilo.
Este cansancio constante lleva a las embarazadas a querer dormir a toda hora. Esta situación, en general, se debe a los cambios hormonales propios de este estado, dado que se produce un aumento drástico de los niveles de la progesterona, que es la hormona que genera un efecto tranquilizante, además de ser la encargada de regular el ciclo reproductor. Pero incluso es probable tener problemas para conciliar el sueño por las noches, sobre todo por las incontables veces en que las embarazadas se levantan para ir al baño.
Otros de los síntomas que suelen restar fuerzas y que son muy frecuentes, son las náuseas y los vómitos. Por lo que si sumamos todos estos factores, no es ilógico que al final del día la futura madre se sienta verdaderamente agotada.
El cansancio suele acentuarse en torno a los siete meses de gestación, no sólo por el aumento de peso sino también por el malestar que produce la acidez estomacal, la aparición de calambres, la necesidad de orinar a cada rato, los movimientos del bebé y el típico dolor de espalda.
De todos modos, aquellas mujeres que sienten cansancio extremo pueden consultar con el médico para descartar alguna posibilidad de anemia o depresión.
Para sobrellevar esta situación, lo más conveniente es procurar descansar cuanto sea posible, llevar una alimentación saludable y equilibrada y hacer ejercicio moderado a diario.
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