El embarazo puede hacer que las mujeres sientan rechazo y hasta incluso náuseas ante ciertos olores, hasta ese momento familiares, como un perfume o el aroma de alguna comida.
La razón de ello se encuentra en los cambios que producen las hormonas en el organismo de las embarazadas, que en ocasiones pueden producir rechazo a olores intensos, somnolencia, náuseas y vómitos, entre otros efectos secundarios.
Por lo general, esta sensibilidad olfativa suele disminuir en el segundo trimestre de gestación. Para sobrellevar mejor la situación, hay algunos consejos que pueden ser útiles para esta etapa. Por ejemplo, es preferible encender el extractor y abrir la ventana para cocinar. En caso de sentir una gran aversión por el olor a carne o pescado crudos, una buena opción es comprar productos congelados, pues su olor es menos intenso, o comida ya preparada.
Al momento de limpiar, es conveniente reemplazar los artículos de limpieza por una mezcla de agua con vinagre de manzana, e incluso usar velas para que absorban los olores de la casa.
Para el aseo personal, se recomienda usar un desodorante sin olor, así como reemplazar el perfume por una colonia suave, la cual es conveniente no usarla a diario porque puede hacer que pronto la aborrezcas.
También, es aconsejable no usar ambientadores, en especial en espacios pequeños como el auto, por ejemplo, porque su intenso olor sin dudas te molestará.
Si bien la hipersensibilidad olfativa suele generar cierta incomodidad, es de suma utilidad para proteger al bebé de sustancias perjudiciales.
Imagen:
https://mamateta.es/wp-content/uploads/2012/07/02_thumb1.jpg