Todos los padres solemos preguntarnos acerca de cuál es el momento indicado para pasar a nuestros hijos de la cuna a la cama. Algo que así dicho, parece ser sencillo, pero que no lo es tanto como aparenta, ya que es un paso trascendental tanto en la vida del bebé como de toda la familia.
La primera duda que aparece es cuándo realizar el cambio; ya que al comienzo los bebés duermen en cunas pequeñas porque ofrecen un lugar más pequeño, al resguardo de sonidos, e incluso algunas brindan la posibilidad de mecerse para ayudar al niño a conciliar el sueño.
La respuesta es simple, todo depende de cada bebé en particular. Se debe realizar el cambio cuando la cuna deja de ser un espacio seguro, para evitar caídas accidentales del bebé. En fin, todo esto va a depender sobretodo de la capacidad motora del bebé, de su carácter (si es muy inquieto o más pasivo) y de su tamaño.
Al momento de cambiar, suelen considerarse varios aspectos, siendo importante el estético aunque de ninguna manera es determinante. Es preciso valorar, además, la estabilidad de la cama elegida, la seguridad de la misma, en cuanto a barrotes, superficies limadas que no lastimen al bebé, entre otras cosas, y su funcionalidad, es decir, si aparte de cama puede ser cajonera, y cuánto puede durarnos.
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