Si bien los especialistas recomiendan a las embarazadas evitar consumir alcohol durante el periodo de gestación, un nuevo estudio publicado en la Revista Internacional de Obstetricia y Ginecología reveló que se puede mantener una conducta etílica controlada durante el embarazo, dado que el consumo de sólo una o dos copas de vino a la semana no le ocasionaría daños contundentes al feto.
Durante el proceso de investigación se analizó la conducta social y emocional de unos 10.000 niños de siete años de edad, para lo cual se los sometieron a pruebas cognitivas. Al mismo tiempo, los miembros de su entorno, tanto familiares como profesores, respondieron encuestas acerca de las características de cada niño.
Los resultados revelaron que aquellos niños nacidos de mujeres que tomaron entre una y dos copas de vino por semana durante el embarazo poseían menos problemas de conducta, en comparación con los hijos de mujeres que no tomaron una gota de alcohol a lo largo de la gestación.
Además, los expertos pudieron observar que los niños de aquellas madres que bebieron alcohol también evidenciaron mejores resultados en los test que se les realizaron, pues demostraron mayores capacidades en lectura, evaluación de habilidades espaciales y matemática, aunque podría llegar a ser una mera coincidencia pues luego de efectuar ciertos ajustes estadísticos tales diferencias acabaron desapareciendo.
De modo que los investigadores que participaron del estudio pudieron concluir que consumir alcohol de manera controlada durante la gestación no acarrea consecuencias adversas a nivel cognitivo o conductual en la niñez.