Primeros cuidados del bebé recién nacido: la alimentación

eructo bebe¡Por fin tienes a tu bebé contigo! El niño está ya contigo en casa para crecer fuerte y sano. Pero no olvides que los primeros cuidados del bebé son esenciales para mejorar su calidad de vida en el futuro.

Estate atenta a los artículos que publicaremos sobre los cuidados esenciales que el bebé necesita en Mamateta.

En esta ocasión vamos a lo más importante y que engloba gran parte del cuidado de su constitución física y salud:

Alimentación en los bebés recién nacidos:

Primero de todo no te preocupes por el aspecto amarillento que tiene tu hijo. Es debido a que su hígado todavía no está adaptado a la vida externa del bebé. Poco a poco, a medida que el recién nacido se va alimentando irá cogiendo un bonito color rosado.

Como recomendamos en esta web, la parte más importante de la alimentación de un bebé es la lactancia. Así que no la dejes de lado y aprovecha los momentos en que tu bebé te pide alimento para tenerlo junto a ti y transmitirle ternura y calor, algo que, aunque inconscientemente, valoran mucho.

Comprobarás que los recién nacidos se pasan prácticamente todo el día durmiendo exigiendo que los amamantes cada tres o cuatro horas y sí, ¡incluida la noche! No te preocupes, esto solo pasará los primeros meses si todo marcha normal.

No te preocupes si, a pesar de quedarse satisfecho tras amamantarle, adelgaza un poco. Es lo normal en los primeros días de vida, pasados estos empezará a engordar y a coger buen color. De todas maneras, no te preocupes, visita al pediatra una vez al mes para que te asegure que todo marcha bien y tu respires tranquila.

Hacer eructar al bebé:

Es importante que nuestro bebé expulse el aire que ha tragado mientras le dabas el pecho. Existen varias formas de facilitar el eructo:

  • Tras darle el pecho, levántale y recuesta su cabecita en tu hombro. A continuación dale unas suaves palmaditas en la espalda.
  • Coloca al bebé semisentado sobre tus piernas. Cógelo por la barriguita con su cabeza hacia abajo y dale las palmaditas en la espalda.

Si aún así no eructa realiza la maniobra varias a veces hasta que consiga expulsar el aire.