Los envases alimentarios que contienen ftalatos pueden producir un aumento en la presión arterial de los niños. Así lo demuestra un nuevo estudio desarrollado de manera conjunta por expertos de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), Escuela de Medicina de la Universidad del Estado, la Universidad de Cincinnati y la Universidad de Washington.
Este compuesto químico, que es usado para plastificar el interior de los envases, se integra en los alimentos a consumir mediante un proceso de lixiviación. Para ser más claros, los alimentos al actuar como disolventes hacen que este compuesto se transfiera al alimento.
Para establecer la relación que existe entre ftalatos y el aumento de la presión arterial infantil, se estudiaron los datos de unos 3.000 niños y adolescentes que fueron otorgados por los Centros Nacionales de Salud Estadística del país. En base a ello, los investigadores lograron asociar la elevación de la presión arterial con el consumo de la sustancia química en cuestión, un plastificante que comúnmente suele estar presente en la mayoría de los envases plásticos que contienen bebidas o alimentos.
Según parece, las muestras de orina recogidas, cuyo nivel de ftalatos era tres veces mayor a lo normal, eran de niños y adolescentes que tenían una presión arterial más alta. Si bien la hipertensión es muy común en los mayores de 50 años, desafortunadamente cada vez este problema se presenta con más frecuencia en los niños.
En otro estudio, se realizó un análisis de los niveles de ftalatos que hay en las botellas de agua de plástico con el fin de establecer la cantidad de esta sustancia química que se integraba en el agua, centrándose para ello en tres marcas de agua embotellada que es comercializada en Hungría. Al parecer, cuanto más era el tiempo que el agua pasaba almacenada, mayores eran los niveles de dicho compuesto que se disolvía en ella. Al tiempo que se determinó que la concentración de ftalatos era mayor en los envases más pequeños.
Los especialistas esperan que este compuesto sea prohibido para la fabricación de envases de alimentos, tal como sucedió con el bisfenol A.