Se aproxima el verano y una de las preguntas que suelen hacerse la mayoría de los padres es si los bebés pueden llevar gafas de sol. Lo cierto es que los niños de un año de edad en adelante sí pueden usar gafas para proteger sus ojos de los rayos solares, sobre todo cuando se los lleva a la playa o zonas de alta montaña, gracias a los diseños que existen en el mercado, algunos de los cuales poseen monturas de plástico flexible y goma elástica. Claro que hay que cuidar de elegir un modelo de buena calidad, que sea de una marca que haya pasado por todos los estudios y tests, según nos cuenta Estefanía, de la tienda de gafas de sol Roberto Martín.
De todos modos, es importante que antes de ponerle gafas de sol al bebé se consulte con el pediatra, pues no hay nadie mejor que él para que explique cómo deben ser usadas.
Es bueno saber que la radiación solar está ligada a diversas patologías oculares, como quemaduras en la retina, cataratas, lesiones en la córnea, etc, siendo los riesgos aún mayores en los pequeños menores de cinco años. Sin embargo, algunos especialistas no recomiendan que los niños menores de un año usen gafas de sol, debido a que sus ojos aún no se hallan bien desarrollados. Sabiendo esto y usando las gafas con precaución y siempre con moderación, el bebé no tendrá consecuencias en la visión.
¿Qué gafas comprar?
En general, las monturas de las gafas para niños suelen ser de pasta, es decir que están confeccionadas con materiales plásticos, pero también las hay metálicas. De estas opciones, lo mejor es elegir algún modelo que posea monturas de plástico, ya que le resultarán al pequeño más cómodas y ligeras, además de que son más resistentes y económicas.
Para aquellos niños que posean la piel sensible, están las monturas hipoalergénicas, que son fabricadas en materiales como titanio o tungsteno.
Como los niños poseen una nariz muy pequeña, es habitual que se deslicen las gafas hacia abajo. Pero esto no reviste ningún problema, pues todo se soluciona con unas monturas de metal, las cuales se ajustan muy bien ya que suelen disponer de unas almohadillas de plástico o de silicona para tal fin. Sin embargo, si se busca un modelo que se adapte mejor a la cara del bebé, también se puede optar por unas gafas de pasta con puentes invertidos o anatómicos. Más allá del modelo que se prefiera, siempre es necesario verificar que no quede espacio entre la nariz y el puente, pues de lo contrario las gafas tenderán a deslizarse.
Al mismo tiempo, hay algunos diseños que poseen patillas ajustables, así como varillas flexibles para que se ajusten bien a la cara del pequeño pero sin apretar. Vale destacar que las varillas flexibles, poseen mayor durabilidad porque corren menos riesgo de romperse.
Para los niños que practican algún deporte, nada más apropiado que las gafas que disponen de una goma ancha que se sujeta por detrás a la cabeza.
Con respecto al material de los cristales, lo que se recomienda es que sean de policarbonato o lentes orgánicos, para que los niños no corran peligro de lastimarse ante posibles golpes y caídas puesto que es muy difícil que se rompan, aunque suelen rayarse más que los cristales comunes.
En cualquiera de los casos, antes de realizar la compra es necesario constatar que sean gafas homologadas, es decir, que posean el sello de la Comunidad Europea junto con la categoría de su filtro, porque sino la visión de los pequeños podría sufrir daños. En general, los niños deben usar gafas de sol con índice de protección 3, para que la luz sea absorbida por las lentes oscuras.
Ahora que ya tienes la información suficiente, ya puedes comprarle a tu hijo unas gafas de sol para que sus ojos estén bien protegidos al exponerse al sol.
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