La vacunación contra la tos convulsa en el embarazo es muy importante ya que, de ese modo, es posible proteger al bebé desde su nacimiento.
En la actualidad, según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se producen en todo el mundo 50 millones de casos de tos convulsa, también conocida como tos ferina, en tanto que 350.000 personas mueren cada año por esa causa.
Como se trata de una enfermedad respiratoria aguda muy contagiosa, los expertos recomiendan vacunar a las embarazadas desde de las 20 semanas de gestación, pues a través de ellas los bebés adquieren inmunidad contra dicha patología. Es preciso señalar que los anticuerpos son transferidos desde la placenta y la leche materna.
Al mismo tiempo, vale aclarar que tanto la infección natural como la vacuna no generan anticuerpos de por vida, lo cual explica el hecho de que en el esquema de vacunación se incluyan varios refuerzos.
Descripción de la enfermedad
La tos convulsa es causada por la bacteria Bordetella pertussis y se contagia por el contacto directo con las secreciones de las mucosas nasales de las personas infectadas.
En su etapa inicial, los síntomas que suelen presentarse son catarro con un poco o nada de fiebre, accesos de tos, estornudos y rinitis. A medida que la enfermedad va evolucionando los accesos de tos se tornan repetidos, pudiendo llegar a durar entre 1 y 6 semanas.
En el caso de los lactantes los síntomas incluyen dificultad para la alimentación, aumento de la frecuencia respiratoria y tos.
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