Vive un embarazo libre de humo

Dejar de fumar permite prevenir daños celulares. Un gran número de sustancias tóxicas que contiene el humo del tabaco, como por ejemplo el monóxido de carbono, atraviesan la placenta y se depositan en la sangre del bebé. También, abandonar el consumo de tabaco es útil para la prevención contra las alergias, pues el cigarrillo las fomenta llegando incluso a afectar a varias generaciones.
En el interior del útero materno, el bebé se puede acostumbrar al tabaco pero, al nacer, es posible que presente un síndrome de abstinencia a la nicotina, provocándolo un llanto desmedido, irritabilidad y molestias las primeras semanas de vida.
De acuerdo a un estudio desarrollado en la Brown Medical School de Nueva York, los bebés de madres que fumaron unos seis cigarrillos diarios en el embarazo evidencian en las 48 horas posteriores de haber nacido síntomas adictivos, se encuentran nerviosos, tiemblan, tienen presión alta y con frecuencia suelen padecer problemas intestinales.
Además, dejar de fumar previene a futuro la aparición de trastornos de aprendizaje en el niño, pues diferentes estudios han demostrado que los hijos de mujeres que fumaron durante la gestación eran hiperactivos y tenían problemas de concentración.
Consejos para dejar de fumar
Para dejar de fumar y comenzar una vida libre de humo es necesario buscar apoyo en el médico u obstetra, quien te aconsejará para que las cosas te resulten un poco más fáciles.
Es necesario establecer un día para dejarlo. Cuanto antes, mejor. Lo ideal es que los primeros días intentes mantenerte muy ocupada para evitar pensar en el tabaco, retirando de tu casa y oficina todos aquellos objetos que remitan al tabaco, como ceniceros, cerillas, etc. 
Hay que abandonar el cigarrillo de una vez y por completo, Resulta más difícil intentar fumar poco que dejar el vicio del todo.
Sé positiva. Es importante que sepas que al dejar de fumar, la necesidad de consumir tabaco irá menguando luego que pasen los primeros diez o doce días. Mientras tanto, es probable que te sientas más sensible e irritable que lo habitual y experimentes problemas de concentración. Tales síntomas irán desapareciendo de a poco.
También, te ayudará cambiar tu rutina diaria, como evitar concurrir al bar donde siempre compraste cigarrillos. Pídele a tus amigos que traten de no fumar delante tuyo.

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