Por lo general, se suele asociar el embarazo con el aumento de peso, aunque eso no siempre ocurre, pues existen mujeres que cursan los últimos meses de gestación y que solamente poseen barriga, pero no están gordas.
Vale aclarar, entonces, que embarazo no es sinónimo de obesidad, por lo que no subir de peso durante las primeras semanas de gestación es normal, incluso hay algunas mujeres que bajan de peso en esta etapa a causa de los mareos y náuseas típicas del embarazo.
Normalmente, las mujeres concurren a su primera consulta con el médico en el segundo mes de embarazo aproximadamente. Todas conocen bien cuál era su peso promedio antes de quedar embarazadas, pero en el lapso de tiempo transcurrido entre la concepción y la primera consulta se suceden cambios hormonales que producen las náuseas y los vómitos provocando que bajen de peso, en lugar de subir.
La salud del bebé no corre riesgo en esta primera etapa, pues sus necesidades alimenticias son reducidas si las comparamos con las que precisará luego. Tras esta primera etapa, sí es muy importante que la mujer aumente de peso, ya que el feto va a necesitar mucho más alimento para poder desarrollarse correctamente, y esta necesidad del feto irá en aumento a medida que el embarazo vaya avanzando.
En caso de tener problemas con las náuseas, no hay de qué preocuparse puesto que éstas irán desapareciendo después del primer trimestre, aunque hay algunas mujeres que continúan con este síntoma todo el embarazo, por lo que deberán controlar su alimentación y peso con su médico.
Es posible incrementar el peso comiendo alimentos que sean nutritivos y a la vez brinden un buen aporte de calorías, como frutos secos, palta, nueces, carnes magras, entre otras.
En tanto que aquellas que se sientan llenas durante el día, lo mejor es disminuir la ración pero aumentar la cantidad de comidas diarias.
Es necesario evitar alimentos que provoquen sensación de llenura, como es el caso de los preparados con grasas, como las frituras.
Los alimentos que ingiere una embarazada tienen que contar con el máximo valor nutritivo y no así con un máximo valor calórico, ya que la idea es alimentarse y no engordarse de forma desmesurada.
Cabe recordar, que un aumento sano de peso durante la gestación ronda entre los 11 a 16 kilos, ni más ni menos.
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