Cuerpos extraños en los niños

Durante la infancia, los niños se encuentran expuestos a numerosos peligros, en algunos casos externos y, en otros, producto de su propia experimentación con el entorno, por ese motivo es común que gran parte de los pequeños se introduzcan piezas pequeñas en los orificios del cuerpo, lo cual reviste un verdadero peligro para su salud.
El niño convive a diario con todo tipo de elementos pequeños a su alrededor, que van desde piezas de juguetes hasta tornillos, bolitas de papel y un sinnúmero de objetos que pueden ir a parar accidentalmente a alguna parte del cuerpo del pequeño, ya sea la boca, nariz, ojos u oídos, siendo en algunos casos difíciles de remover.
A veces, esos cuerpos extraños pueden ser retirados por los padres,  aunque se corre el riesgo de introducirlos más adentro, pudiendo ocasionar infecciones o serios daños en el cuerpo del pequeño. Pero en ocasiones es preciso acudir al médico para que puedan ser extraídos sin lastimarlos.
En caso de haberse introducido algo dentro del ojo, es recomendable  colocarle una gota lubricante para facilitar que la basurita se vaya moviendo hacia el ángulo externo del ojo y poder removerla más fácil.
Si, en cambio, el niño se introduce algún elemento en el oído, jamás hay que intentar quitarlo con otro objeto pues lo que se logra es empujarlo más hacia adentro. En esos casos, resulta conveniente que el pequeño incline la cabeza del lado del oído afectado, sacudiéndola suavemente, para intentar que el objeto salga.
Mientras que si el objeto se halla en la nariz, es necesario indicarle al pequeño que respire por la boca para impedir que se vaya más arriba. Es necesario reconocer cuál es el orificio afectado, para así tapar el otro y pedirle al niño que intente expulsar el objeto.
De todos modos, en cualquiera de los casos, lo mejor es acudir al médico con urgencia para poder ser extraído el cuerpo extraño sin generar daños. 

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