Si hay algo a lo que todas las madres siempre están atentas es a la respiración de su bebé, pues es una manera de verificar que todo marcha bien. Incluso, muchas suelen tener la costumbre de levantarse a la mitad de la noche para ver si el pequeño respira normalmente. Por ello, uno de los motivos que despiertan la preocupación de la familia son los sonidos extraños.
Algunos bebés, a edades tempranas, pueden tener problemas en las vías respiratorias, en especial si nacieron prematuros debido a que su sistema respiratorio no se ha desarrollado por completo. Por ende, puede ocurrir que padezcan una deficiencia respiratoria temporal que es conocida como síndrome de dificultad respiratoria, un cuadro que requiere asistencia inmediata.
Dicho síndrome se produce a causa de que los alveólos pulmonares del bebé no se abren lo necesario para que pueda ingresar el aire, por lo que la oxigenación de los tejidos del organismo se dificulta. Por lo general, los problemas respiratorios son advertidos rápidamente por los médicos al percibir que el niño no respira adecuadamente, sino que posee respiraciones cortas y rápidas, aparte de que se oyen ronquidos y hasta inclusive puede suceder que el pequeño deje de respirar por algunos momentos. Ante esta situación, los bebés precisan que se les ponga oxígeno. En casos extremos se puede apreciar un tono azul en la piel del bebé, que es un claro indicio de la falta de oxígeno en el organismo.
Puede ocurrir que se complique seriamente el síndrome de dificultad respiratoria, generando un daño que hace que los pulmones del bebé colapsen, extendiéndose el problema a todo el organismo por la falta de una correcta oxigenación. Además de los bebés prematuros, también se encuentran expuestos a sufrir este problema los niños de madres con diabetes, alcohólicas o fumadoras. Por eso, resulta tan importante cuidar al niño desde el preciso momento de la concepción.
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