Hace un tiempo, los profesionales de la salud comenzaron a recomendar la presión arterial de los niños mayores de 5 años, sobre todo en aquellos que padecen sobrepeso u obesidad o tienen cierta predisposición a desarrollar este problema. En tal sentido, en los últimos años ha aumentado un 27% el riesgo de presión arterial elevada en niños y adolescentes. En este marco, expertos de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos) realizaron un estudio acerca de la presión arterial elevada en los niños, en el cual hicieron especial hincapié en el abuso del consumo de sal como factor de riesgo.
Tiempo atrás, la presión arterial elevada era directamente asociada a las personas mayores. Sin embargo, actualmente se ha convertido en un problema común entre niños y adolescentes. Una presión arterial elevada propicia el aumento de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular, así como insuficiencia renal o enfermedades coronarias. Y si bien se trata de un problema que puede pasar inadvertido, sus consecuencias son muy peligrosas.
En la investigación se establece que una presión arterial normal en adultos mayores de 20 años es de 120/80 mm Hg. No obstante, en el caso de los niños y los adolescentes no es tan sencillo de determinar pues suelen tener una presión arterial elevada, la cual varía en función al sexo, la altura o la edad. Por ese motivo, para diagnosticar presión arterial elevada en un niño, los valores deben ser tres veces mayores.
En el trabajo, los expertos examinaron los datos de 3.248 niños entre 1998 y 1994, y de otros 8.388 niños del periodo comprendido entre 1999-2008. Ambas muestras, tomadas de niños de 8 y 17 años, formaban parte del estudio “National Health and Nutrition Examination Survey III”, programa desarrollado por el centro Nacional de Estadísticas de salud estadounidense mediante el cual se pretende constatar el nivel grado de salud y nutrición de niños y adultos.
Ambos estudios determinaron que los niños que consumían mayor cantidad de sal tenían un 36% más de riesgo de padecer presión arterial elevada, en comparación con aquellos que ingerían sal de forma moderada. Lo más alarmante es que el 80% de los niños de ambos estudios consumían más de 2.300 miligramos de sal por día, mientras que en un pequeño grupo la ingesta sobrepasaba los 3.450 miligramos de sal diarios, es decir, más del doble de lo que recomienda la Asociación Americana del Corazón.
Teniendo en cuenta estos datos, los padres deben controlar muy de cerca la ingesta de sal en los niños para disminuir las probabilidades de que padezcan una presión arterial elevada y la predisposición a las enfermedades asociadas a este problema.
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