Durante el segundo trimestre del embarazo, las mujeres, además de ya padecer los cambios hormonales, empiezan a tener cambios físicos notorios, la barriga crece y los órganos comienzan a disponer de menos espacio.
En el caso del aparato respiratorio, éste no será la excepción, puesto que se ve afectado por la progesterona, una hormona que hace que se respire más hondo para expandir la capacidad pulmonar y abastecer de oxígeno al bebé; así como por el crecimiento del útero, empujando el diafragma y apretando los pulmones al expandirse para respirar; y otras hormonas, que provocan hinchazón de los capilares del tracto respiratorio. Todo esto, es algo que la madre puede percibir como una falta de aliento.
Para ayudar a aliviar un poco la falta de aliento es recomendable mantenerse erguida cuando está de pie o sentada, y dormir con varias almohadas. Asimismo, no se deben realizar movimientos bruscos, para evitar acelerar el trabajo del corazón y los pulmones, utilizar vestimenta cómoda y holgada, y hacer ejercicio.
De todas maneras, es necesario mantenerse alerta en caso de poseer grandes dificultades al respirar, pulso acelerado, si sufre mareos y desmayos, dolor en el pecho, o si padece asma. En cualquiera de los casos, es necesario consultar con el médico.
Esta falta de aliento es muy común que continúe durante todo el embarazo, soliendo mejorar en las últimas semanas de gestación, cuando el bebé se pone en posición para nacer, cediéndole mayor espacio a los órganos, como es el caso del diafragma y los pulmones.
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