Hay determinados síntomas que se manifiestan en niños y adolescentes a los cuales es necesario estar atentos, porque es muy común que se presenten casos de anemia sin que sean detectados por los adultos, lo que constituye un peligro para su salud pues la deficiencia de hierro incide en el desarrollo.
La anemia es un problema nutricional que se presenta con frecuencia en niños y adolescentes dado a que crecen de manera muy acelerada y su alimentación suele ser mediocre, de modo que no aporta el porcentaje de hierro necesario para el desarrollo. Por ese motivo, los profesionales de la salud les recomiendan a los padres asistir con sus hijos a los controles periódicos para poder conocer cuál es su estado de salud.
Con frecuencia, los síntomas de la anemia pueden pasar inadvertidos, es por esa razón que los especialistas aconsejan estar atentos a diferentes indicios, como la palidez del rostro y cuerpo, la falta de apetito, somnolencia permanente y a un estado de ánimo de absoluta apatía.
Aquellos que desde la infancia padecen anemia sin saberlo, corren un riesgo mayor de sufrir toda clase de enfermedades que pueden conllevar un retraso en el crecimiento, así como problemas de aprendizaje y en el desarrollo psicomotor. De ahí que es de suma importancia detectar la enfermedad y tratarla a tiempo para evitar futuras complicaciones.
El motivo por el cual muchos padres no perciben que sus hijos poseen anemia radica en que los síntomas, por lo general, no son tan evidentes como se cree. Lo primero que suele evidenciarse es la fatiga y la somnolencia constante, sumado a la falta de concentración, desinterés y el bajo rendimiento escolar.
En aquellos casos de cuadros graves de anemia pueden presentarse problemas cardiovasculares y neurológicos, así como de conducta. Por consiguiente, es indispensable que los niños y adolescentes se alimenten de manera adecuada para evitar cualquier tipo de complicaciones.