¿Alguna vez has oído hablar del síndrome del nido? Pues, bien, se trata de un llamativo estado de fuerza y euforia que suelen experimentar algunas embarazadas durante las últimas semanas de gestación, justamente cuando la mayoría se sienten sumamente cansadas. Dicho estado, posee causas físicas y emocionales.
Con respecto al nivel físico, el síndrome del nido puede ser explicado como una reacción espontánea que pone a prueba el cuerpo de la mujer para que esté en forma y bien preparado para el momento del parto.
Desde lo emocional, esta llamativa actividad no es más que un modo de evasión que emplea la embarazada ante el temor que le genera la aproximación al parto. Al mismo tiempo, constituye una evidente muestra de su interés e ilusión por tener todo preparado para la llegada del bebé.
Vale señalar que el síndrome del nido suele darse con más frecuencia entre las embarazadas activas, nerviosas e inquietas. Por lo que se recomienda intentar controlar la euforia y aunque la futura madre sienta que es capaz de hacer muchas actividades al mismo tiempo, es preferible que no las haga, porque aparte de exponerse a percances, como caídas o golpes, que podrían revestir peligro para el bebé y la mujer, realizar un esfuerzo extra podría hacer que el parto se adelante, lo cual es necesario evitar.
Lo mejor es procurar distraerse haciendo algunos ejercicios de gimnasia y relajación, pasear, organizar el bolso que se llevará a la clínica. Saber que todo está listo, servirá para que la madre se sienta más relajada.
Puede ocurrir que el afán por hacer cosas se incemente por las noches. En ese caso, se recomienda buscar hacer alguna actividad tranquila. Una cosa es mantenerse ocupada todo el día y otra muy distinta es hacer tareas que demanden estar mucho de pie o coger cosas pesadas. En este último caso, es necesario evitarlas porque implicarán un gasto extra de calorías. Ya de por sí el organismo posee varios kilos de sobrepeso, al tiempo que el metabolismo está acelerado para poder satisfacer las necesidades del bebé y no se descansa bien. Todo esto implica un desgaste de energías que no debe ser acentuado.
Por otro lado, en los días previos al parto, es importante evitar consumir chocolate, al igual que té o café, pues puede aumentar aún más el nivel de excitación.