Una de las patologías que afecta a los niños es la blefaritis, la cual consiste en la inflamación de los tejidos que conforman los párpados, pudiendo llegar a producir desde una simple molestia hasta efectos graves sobre la visión.
Los niños con blefaritis suelen tener los párpados irritados e inflamados. Incluso, durante la mañana, tales síntomas pueden ser acompañados por costras parecidas a las legañas. Por eso, esta patología es conocida como blefaritis escamosa.
La blefaritis suele relacionarse con la dermatitis seborreica, pero también producirse por una infección bacteriana o una alergia.
La enfermedad se caracteriza por la producción excesiva de aceite de las glándulas que están ubicadas en el margen palpebral, cerca de los párpados. Ese aceite funciona como una especie de lubricante para la superficie del ojo y el interior de los párpados. Cuando se padece blefaritis, las glándulas se obstruyen y la grasa producida por ellas se va estancando generando ácidos grasos que irritan el ojo, aunque los síntomas más visibles suelen apreciarse en la zona de los párpados.
Por su parte, la blefaritis alérgica generalmente es provocada por el contacto con determinados productos cosméticos o ciertas sustancias que se introducen en los ojos a través del contacto con las manos. Debido a que los niños acostumbran frotarse los ojos, resulta fundamental cuidar la higiene de sus manos. Al mismo tiempo, los colirios, medicamentos o pomadas, también pueden ser causa de blefalitis, aunque esto no se da tan frecuentemente.
El tratamiento en los más pequeños suele consistir en una limpieza de la base de las pestañas con agua tibia y, en algunos casos, con un champú especial. De todos modos, si el pequeño experimenta alguno de estos síntomas es importante consultar con el especialista, para comenzar cuanto antes el tratamiento.
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