En torno a los 6 meses de vida, es necesario comenzar incorporar en la dieta de los bebés los alimentos sólidos. Esta cuestión, despierta ciertas inquietudes en las madres respecto a los condimentos que pueden utilizar o no para prepararles la comida, así como en qué cantidades.
Es necesario saber que los condimentos son necesarios para elaborar las comidas de los adultos, no sólo debido a que realzan los sabores sino que además brindan experiencias nuevas a la hora de comer. Pero en lo referido a la alimentación tanto de los bebés como de los niños pequeños, lo ideal es ofrecerles la posibilidad de que su paladar pueda conocer el sabor natural de los alimentos.
A pesar que tanto la sal como el azúcar realzan el sabor de las comidas, durante la primera etapa de la infancia es importante entrenar al paladar, por así decirlo, de manera que el pequeño pueda percibir los sabores de los alimentos, que son novedosos para él, del modo más natural posible.
Pero lo cierto es que las personas se pueden acostumbrar a percibir los sabores de acuerdo las comidas que están habituados a comer, por lo que la manera de distinguir lo salado o lo dulce es verdaderamente relativa y probablemente modificable, pues es sabido que las papilas gustativas se adaptan. No se recomienda acostumbrarse a comer con demasiada azúcar o sal, porque el paladar notará que una comida es desabrida cuando no contenga grandes cantidades de uno u otro agregado, provocando que la persona recurra al exceso.
Por ese motivo, para evitar condicionar a los niños desde pequeños, lo aconsejable es acostumbrarlos a que ingieran los alimentos con su sabor natural. Es importate que las comidas del niño sean acompañadas con agua, y no así con bebidas azucaradas o carbonatadas. En cuanto a las frutas, lo mejor es ofrecerles porciones en lugar de jugos, porque sino será necesario adicionarle azúcar para que perciban muy agrio el sabor. En el caso de las papillas, éstas se pueden condimentar con una pizca de sal y apenas una gota de aceite de oliva. Recién cuando el niño cumpla el año de edad podrá comenzar a comer lo mismo que el resto de la familia, incorporando paulatinamente los condimentos.
Además de la sal y el azúcar, la miel también debe ser evitada ya que eleva la glucosa, afectando el apetito. Por lo que se recomienda incorporar a la dieta la miel de abeja recién a partir de los tres años.
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